La UE necesita impulsar su competitividad para no perder la carrera frente a Estados Unidos y China. Para orientar el debate, el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, encomendó al exprimer ministro italiano, Ernico Letta, un informe sobre el mercado único. Un documento que orientará el debate de esta semana de la Cumbre de lideres de la UE y que defiende la necesidad de completar la integración en el mercado único. Además, el texto propone crear un mecanismo de contribución de ayudas de Estado, de cara a movilizar financiación de los países de la UE para la industria.
“Los próximos pasos implican abordar el debate de las ayudas de Estado”, indica el análisis sobre el mercado interior al que ha tenido acceso elEconomista.es, que, al tiempo reconoce la necesidad de movilizar recursos para la industria, también evidencia el riesgo de fragmentación del mercado único por el diferente músculo fiscal de los Estados miembro, que pondría en riesgo la igualdad de condiciones.
“Una forma de superar este dilema podría consistir en una aplicación más estricta de las ayudas de Estado a nivel nacional y la ampliación progresiva del apoyo financiero a nivel de la UE. En concreto, podríamos prever un mecanismo de contribución de ayudas de Estado que obligue a los Estados miembros a destinar una parte de sus fondos nacionales a financiar iniciativas e inversiones paneuropeas”, propone el informe.
Aunque la progresiva relajación de las ayudas estatales en respuesta a las recientes crisis ha contribuido a limitar los efectos negativos sobre la economía real “también ha producido distorsiones de la competencia”, asevera el informe. Es por ello que pide “desarrollar soluciones innovadoras” para “movilizar rápidamente ayudas públicas nacionales específicas para la industria”, al tiempo que considera necesario atajar las “deficiencias del mercado”, y “evitar la fragmentación del mercado único”.
El italiano llama a impulsar un nuevo mercado único, más integrado como forma de competir con Estados Unidos y China. Uno que se base en unas reglas de juego igualitarias, en el que se establezca una política industrial europea dinámica y efectiva. Para lo cual se requieren “suficientes recursos financieros”. Es por ello que cree que la prioridad es movilizar capital privado: ” La Unión Europea alberga la asombrosa cifra de 33 billones de euros de ahorro privado, principalmente en efectivo y depósitos”, analiza Letta.
Sin embargo, considera el italiano que esta riqueza no se está aprovechando para redirigir a las necesidades estratégicas del bloque. De hecho, advierte de una tendencia preocupante: el desvío anual de unos 300.000 millones de euros de los ahorros de las familias europeas de los mercados de la UE al extranjero, principalmente a la economía estadounidense, “debido a la fragmentación de nuestros mercados financieros”. Una situación que el exprimer ministro italiano juzga pone de “relieve una importante ineficacia en el uso de los activos económicos de la UE”.
Es por ello que el informe aboga por la creación de una Unión de Ahorro e Inversión, desarrollada a partir de la incompleta unión de mercados de capitales. La integración de los servicios financieros en el mercado único mantendría el ahorro privado europeo dentro de la UE y atraería recursos adicionales del exterior.
El mercado único fue concebido para asegurar una competencia justa, para impulsar la cooperación y la solidaridad entre Estados miembro, recuerda Letta en su informe. Sin embargo, los profundos cambios en el panorama internacional han evidenciado la necesidad de desarrollar un nuevo mercado único. De hecho, el informe recuerda que, si bien en 1993 el mercado económico europeo y estadounidense tenían un tamaño similar, la UE ha ido quedando atrás al registrar un crecimiento de menos del 30% entre 1993 y 2022, frente al alza del 60% de la economía americana.
El documento también apunta que el mercado único vio la luz en un momento en el que tanto el bloque como el mundo estaban menos integrados. “Cuando Jaques Delors presentó el mercado único al mundo en 1985, lo hizo en un contexto que difiere del actual. El número de Estados miembro de la UE se reducía a la mitad, Alemania estaba dividida en dos y la Unión Soviética todavía existía. En este momento, China e India juntas representaban menos del 5% de la economía y nadie había oído hablar de los BRICS, reflexiona el exprimer ministro italiano. Un momento en el que, Estados Unidos y la UE no solo eran el centro de las economías mundiales, sino que albergaban un gran potencial de crecimiento.
Fuente: Revista El Economista