Pasan los días y, poco a poco, se van perfilando los detalles del plan de ahorro del Gobierno de Francia, encabezado por el conservador Michel Barnier. Este jueves, el ministro de Presupuestos (el equivalente al titular de Hacienda en España), Laurent Saint-Martin (macronista) dio a conocer en una entrevista en la televisión pública France 2 el perfil de “franceses afortunados” que realizarán esa “contribución excepcional” con el impuesto a las grandes fortunas. Así, la tasa se va a aplicar sobre las rentas que tributen al año “más de 500.000 euros”, lo que supone, según el ministro, unas 65.000 personas, es decir, el 0,3% de los 20 millones de contribuyentes galos que pagan el impuesto sobre la renta.
Esta tasa se aplicará sobre el conjunto del hogar fiscal, es decir, no sobre la persona individual, precisó el equipo del ministro a la agencia pública France Presse.
“Podemos pedir legítimamente a los contribuyentes más ricos de este país que participen de manera excepcional y temporal en este esfuerzo de recuperación”, aseveró Saint-Martin en la entrevista del Télématin. Ya a mediados del mes de junio, varios expertos fiscales recomendaban que la única manera de que Francia saliese de la bancarrota es subiendo impuestos.
El ministro reiteró que esto sirve para “mostrar que la política de crecimiento, la política de inversión, ha dado sus frutos desde 2017, lo que significa que hemos reducido el desempleo, hemos abierto más fábricas de las que hemos cerrado, debe continuar”.
En líneas generales, y a pesar de la débil situación económica que atraviesa el país, el empleo se mantuvo resiliente. En el segundo trimestre de este año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE, por sus siglas en francés), la tasa de desempleo cayó un 0,2% hasta los 2,3 millones de personas. Esto supone un recorte de 40.000 personas con respecto a los tres primeros meses del año y sitúa la tasa de desempleo en Francia en el 7,3%.
En cuanto al crecimiento, el Gobierno galo prevé una expansión del PIB del 1,1% en 2025 tras un 1,1% que prevén en 2024, frente al 0,7% de la OCDE. Por otro lado, la inflación media sería, dicen, del 1,8%, frente al 2,1% con el que esperan acabar el año.
Preguntado por el mecanismo que emplearía el Ejecutivo para abordar esta nueva tasa impositiva, el ministro no supo precisar cómo lo van a llevar a cabo. “Veremos el mecanismo que adoptaremos”, aseveró. Aunque recordó que este tipo de medidas temporales ya se habían adoptado “durante la crisis financiera de 2008”.
Poco más se conoce de este plan fiscal de Francia en lo que a materia de impuestos temporales se refiere. Lo único que se sabe es lo publicado por los medios locales galos. En Le Parisien aseguran que Barnier y su equipo económico “prevén triplicar” la contribución de las grandes fortunas para recaudar 3.000 millones de euros. Por otro lado, subirá el tipo impositivo para las empresas que ganen más de 1.000 millones al año del 25% al 30%, con lo que pretenden conseguir hasta 8.000 millones para las arcas públicas. Finalmente, se prevé también un aumento de 3.000 millones al impuesto a la electricidad y otros 3.000 adicionales para las empresas energéticas y a las recompras de acciones.
“Todas las grandes empresas, en la medida de sus posibilidades, deberán contribuir en un momento que es de carácter estratégico para las finanzas públicas”, señaló el titular de Presupuestos.
Según pudo saber elEconomista.es esta semana, a través de fuentes oficiales, es que el proyecto de Presupuestos que presentará Barnier la próxima semana en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) plantea un ahorro de 60.000 millones, de los cuales 40.000 vendrán de la parte de los gastos, mientras que los otros 20.000 millones procederán de estos ‘impuestazos’ temporales.
Todo esto en un contexto en el que el déficit se va a desbocar este año por encima del 6% del PIB este año y esperan que este esfuerzo fiscal consiga doblegarlo al 5% en el próximo ejercicio. Aun así, no resulta suficiente, y por eso han aplazado su objetivo de déficit al 3% del PIB para 2029, a pesar de que Bruselas dio plazo hasta 2027.
Por el lado de los gastos, la gran mayoría vendrá de la Administración central, aunque también de la Seguridad Social y las administraciones locales. En ese aspecto, elEconomista.es pudo saber que el Gobierno va a aplazar la revalorización de las pensiones del 1 de enero al primero de julio de 2025. Según los expertos, esta medida le proporcionará hasta 4.000 millones de euros de ahorro, de los cuales 3.000 millones irían a parar a las arcas del Estado.
Por otro lado, el gasto sanitario (que en Francia depende de la Seguridad Social) también lo recortarán del 3,2% del PIB este año hasta el 2,8% en el próximo ejercicio.
Fuente: Revista El Economista