El día de la marmota se apodera de la Asamblea Nacional de Francia. Tras el efímero gobierno de Michel Barnier (duró 6 meses), el actual cabeza de Gobierno, François Bayrou, se enfrentó este martes a la Asamblea Nacional para presentar las líneas de trabajo de su Gobierno y donde confirmó que está dispuesto a negociar la edad de jubilación “sin ningún tabú” siempre y cuando “eso no degrade el equilibrio financiero con el que todos estamos de acuerdo”, aseveró.
Para evitar caer en la misma suerte que su antecesor, el primer ministro galo tendió la mano del diálogo al resto de grupos presentes en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) que podrían resultar un obstáculo para sacar adelante el proyecto de cuentas públicas . El objetivo es conseguir una abstención y evitar así una repetición de las Elecciones Legislativas. Los socialistas le exigían que eliminase la ley actual y que la edad de jubilación no subiese en 2026 de los 62 a los 64 años.
Pero el jefe del Gobierno anunció que “se puede buscar un nuevo camino de reforma” aunque advirtió que “si no se llega a un acuerdo, será la norma actual la que seguirá aplicándose”.
El anuncio dejó impasible a la parte socialista de la bancada de la izquierda, mientras que sus compañeros de la gran coalición, France Insoumise y los ecologistas hacían burlas sobre estas promesas del primer ministro.
La débil coalición de gobierno formada por centristas y conservadores no cuenta con la mayoría suficiente, por lo que van a tener que hacer concesiones para que los principales grupos de la oposición, Nuevo Frente Popular (coalición de izquierdas en las que está el Partido Socialista) y Agrupación Nacional (ultraderecha), encabezado por Marine Le Pen, les permitan sacar adelante los Presupuestos de 2025.
Francia está ahora mismo bajo una ‘ley especial’ que prorroga los Presupuestos de 2024 y que le permite así no ‘cerrar’ el Estado. Es decir, podrá seguir recaudando impuestos y hacer frente a sus obligaciones y pagos. El aprobar unos nuevos Presupuestos es crucial, ya que las cuentas de 2024 son las que hicieron que el déficit público del paísse disparase hasta el 6,1% del PIB en el anterior ejercicio, más del doble de lo que permite Bruselas y las que provocaron todo este caos político y económico.
En este sentido, el primer ministro galo dijo ante la Cámara Baja que, ahora mismo, Francia está “en emergencia”, por tanto, reiteró que “debemos recomponernos y aprobar sin demoras los presupuestos, el del Estado y el de la Seguridad Social. Todos estamos pagando un alto precio por esta precariedad presupuestaria”, reiteró.
Bayrou reiteró que este proceso de diálogo sobre las pensiones se hará “en un corto plazo de tiempo y en condiciones transparentes. Utilizando un método nuevo y algo radical”. En este sentido, aseveró que el sistema de pensiones galo paga 380.000 millones de euros en pensiones al año”. De ese total, los trabajadores y las empresas aportarían unos 325.000 millones y 55.000 millones procederían de los Presupuestos del Estado pero “no tenemos ni el primer céntimo”, aseveró el primer ministro desde la tribuna.
“De los 1.000 millones de deuda acumulada en los últimos diez años, las pensiones representan el 50%”, reiteró. Es por eso que declaró “vital” la reforma de las pensiones “para nuestro modelo social”. “Se niega que exista un problema grave de financiación de nuestro sistema de pensiones”, denunció.
En este sentido, anunció que, antes de comenzar el diálogo social, va a pedir al Tribunal de Cuentas que publique el estado actual “y preciso” de la financiación del sistema de pensiones. “El Gobierno comunicará este resultado a todos los franceses”, reiteró.
La estrategia de Bayrou, antes de enfrentarse este martes al hemiciclo, fue el de acercarse al ala moderada socialdemócrata de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, con la que podría estar cerca de un acuerdo, según confirmó el jefe de los socialistas, Olivier Freuré este mismo martes. Según confirman los medios locales, los dos jefes legislativos del PS, Boris Vallaud y Patrik Kanner, se reunieron anoche en el Hôtel Matignon (residencia del presidente del Gobierno) para ello.
Fuentes del partido aseguraron que la reunión “no fue productiva” pero las posteriores conversaciones por teléfono llevaron a “un posible avance”, dijo Faure. “Las cosas han avanzado mucho”, dijo Faure este martes en una entrevista en la televisión BFM TV. “Es posible que estemos, repito, es posible, que en pocas horas haya un posible acuerdo”, dijo. Fraure se negó a dar detalles de las conversaciones y se limitó a decir que la pelota está ahora en el tejado de Bayrou.
Por su parte, sus socios de coalición, el partido de extrema izquierda La France Insoumise, se comprometieron a proponer una moción de censura después de que el primer ministro hable ante la Asamblea Nacional.
El margen de maniobra con el que cuentan es muy limitado y el tiempo juega en su contra. La supresión de la reforma de las pensiones que piden los Socialistas no es nada recomendable, ya que podría incrementar un 15% la ratio de deuda del país, que cerró en el segundo trimestre de 2024 en el 112,2% del PIB. La cosa está muy complicada para Bayrou.
“Nuestro análisis indica que detener la reforma podría generar un impacto del 1,2% del PIB para 2050 y elevar la tasa de deuda 15 puntos por encima de nuestras previsiones”, aseguran las economistas de Bloomberg Eleonora Mavroeidi y Maeva Cousin en un comentario.
La propia ministra de Trabajo, Astrid Panosyan-Bouvet, reiteró que cancelar la reforma de las pensiones costaría cerca de 3.000 millones de euros adicionales al gasto de las nóminas y casi 15.000 millones en 2030. “El dinero no crece en los árboles”, sentenció en una entrevista radiofónica.
Pero la propuesta de Fraure para amortiguar el impacto económico de la supresión de la ley de Pensiones es utilizar el Fondo de Reserva (el equivalente a la hucha de las pensiones en España). En una entrevista en el programa matinal de la cadena privada TF1 aseguró que es posible y “puede hacerse el trasvase”.
Este fondo fue creado a finales de 1990 con el objetivo de crear ese colchón financiero para pagar las pensiones de la generación del ‘baby boom’. Pero en 2010, tal y como sucedió en España, se revisó su funcionalidad y ahora también sirve para pagar los déficits de la Seguridad Social.
Pero Bayrou está entre la espada y la pared, ya que la abolición de esta ley le traería los votos en contra del grupo macronista y de centroderecha, que se oponen a que la medida sea revocada. La líder de Partido Republicano en la Asamblea Nacional, dijo a Le Parisien este lunes que no apoyarían una medida que es “saltar al abismo sin paracaídas”.
Reembolso de los medicamentos
En lo que se refiere a la promesa de Barnier de suprimir el reembolso de ciertos medicamentos, Bayrou aseguró que “no se retomará la medida”. La exclusión de ciertos fármacos del sistema de subvención fue un punto de tensión entre el gobierno de Barnier y la ultraderecha. De hecho, fue una de las líneas rojas que trazaron los de Le Pen para no apoyar la moción de censura que lo quitó del poder.
A diferencia de España, el sistema de salud francés va ligado a la Seguridad Social. Esto significa que los franceses deben pagar los gastos sanitarios y, posteriormente, enviarlos para que la Seguridad Social les reembolse el porcentaje subvencionado. El gobierno de Barnier tenía previsto reducir un 5% los reembolsos por consultas médicas y fármacos, lo que se traduciría en un aumento de los precios de las mutuas privadas que garantizarían el reembolso total.
Asimismo, también anunció que se aplicará “el reembolso total” de las sillas de ruedas a partir de 2025.
Este movimiento de Bayrou pretende dejar sin argumentos a la ultraderecha a la hora de negarse a apoyar su proyecto Presupuestos de 2025.
Modificación de las previsiones de crecimiento
El plan de ahorro fiscal de Bayrou para corregir el déficit es mucho menos ambicioso que el de su antecesor. Mientras que Barnier esperaba ahorrar al heraldo público 60.000 millones de euros a través de subidas de impuestos a empresas y grandes fortunas, junto con un recorte del gasto público, y así corregir el déficit al 5% del PIB, Bayrou se ha fijado un plan de ahorro de 50.000 millones y una corrección deficitaria en torno al 5,5%.
“El gobierno ha decidido revisar su previsión de crecimiento para 2025, antes de la censura era del 1,1%, nosotros la fijamos en el 0,9%. Se propondrá fijar el objetivo de déficit público para 2025 en el 5,4% del PIB.”
En una entrevista para la emisora de radio pública France Inter la semana pasada, el ministro de Economía galo, Eric Lombard, dijo que da “un poco más de flexibilidad para preservar el crecimiento”. Un objetivo que se complica. El objertivo de crecimiento del Gobierno se alinea así con el del Banco de Francia, que también ha bajado su previsión de expansión de la economía para este año del 1,2% al 0,9%.
Fuente: Revista El Economista