El Gobierno de Francia, liderado por el conservador François Bayrou, respira algo más tranquilo. El país vecino cerró 2024 con un déficit presupuestario del 5,8%, es decir, 169.600 millones de euros. El consenso y el propio Ejecutivo galo esperaban que fuese del 6%. Eso sí, se incrementó cuatro décimas con respecto al de 2023, un descubierto que también marcó un récord y supuso un duro golpe para el Gobierno de entonces, que no se lo esperaba.
Los inquilinos de Bercy (así se conoce comúnmente al ministerio de Economía y Finanzas galo) aguardaban esta buena noticia y, finalmente, el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee) se lo confirmó este mismo jueves. El hecho de que el descubierto en las cuentas francesas no supere el 6% deja margen de maniobra al ministro de Finanzas, Eric Lombard, para poder alcanzar el objetivo del 5,4% al que esperan llegar al cierre del año fiscal de 2025 y también para recortar la deuda.
Según los datos del Insee, las cuentas públicas galas acabaron el año 2024 con una deuda pública que alcanzó el 113% del PIB, tras el 109,8% de 2023. En 2019, antes de que estallase la pandemia del Covid, los números rojos apenas eran el 97,9% del total de la producción económica del país vecino.
Está claro que, teniendo en cuenta el escenario del que partían desde Bercy, el hecho de que el déficit público se aleje del 6% resulta algo esperanzador, pero muy insuficiente. De hecho, el propio Eric Lombard, aseguró en la radio pública France Inter, en el programa matinal de este mismo jueves, que “no son buenas noticias”. El dirigente apuntó a que el déficit sigue siendo “demasiado elevado” y que hay que seguir trabajando para doblegar la curva creciente.
“Es un poco mejor porque el gasto ha estado muy bien controlado por el Gobierno de Michel Barnier”, aseveró Lombard.
Hay que tener en cuenta que las dificultades fiscales provocaron una enorme incertidumbre política el año pasado que desembocó en unas elecciones anticipadas. El resultado fue la Asamblea Nacional más fragmentada de la historia del país y un primer ministro, Michel Barnier, que solamente duró seis meses en el cargo ante la incapacidad de sacar adelante unos Presupuestos Generales.
El dato podría crecer
El director del Insee, Jean-Luc Tavernier, llamó a la cautela porque, a pesar de que “ahora ya tenemos las cuentas”, queda la incertidumbre con los resultados financieros de los hospitales públicos que no se conocerán hasta finales de junio. Dependiendo de cómo cierren, es posible que haya una revisión en septiembre de una décima al alza para el déficit, lo que lo acercaría todavía más a ese temido 6%.
Con respecto al año pasado, el Insee también corrigió a la baja el descubierto de las cuentas públicas, pasando del 5,5% al 5,4% del PIB. Esta mejoría se esperaba desde hace tiempo, especialmente cuando se publicó a mediados de marzo el déficit de la Seguridad Social de 2024, que también fue menor de lo esperado.
La situación de Francia es un poco mejor ahora y esto allana el terreno al Ejecutivo para acotar sus números rojos hasta conseguir el objetivo marcado por la UE del 3% para 2029. Aunque sigue siendo una tarea difícil.
Bajaron los impuestos pero el gasto se mantuvo
El déficit sigue en pleno deterioro. Se ha incrementado en 0,4 puntos porcentuales, es decir, unos 12.000 millones de euros en tan solo un año. El responsable del instituto de estadística galo, Jean-Luc Tavernier, achaca esta expansión a “un aumento de los gastos por una disminución de los ingresos”. Es decir, en 2024 el tipo de los impuestos cayó hasta el 42,8% del PIB, lo que llevó a una situación similar “anterior a las subidas de impuestos del año fiscal 2012-2013”, dijo el experto. En cambio, el gasto se disparó hasta el 51,7% del PIB, lo que lo pone casi al mismo nivel que a comienzos de la década, reiteró Tavernier.
Este descontrol de las cuentas públicas se debe a que, a partir de 2017, cuando Emmanuel Macron entró a presidir la República, los sucesivos gobiernos se dedicaron a bajar impuestos de manera descontrolada sin pensar en recortar el gasto. Tanto Édouard Philipe, pasando por Jean Castex, Élisabeth Borne o Gabriel Attal quisieron deshacer las políticas tributarias de François Hollande, pero sin modificar sus políticas de gasto.
Así, según el Insee, el gasto público galo se incrementó en 63.000 millones de euros al cierre de 2024. Es cierto que el Estado se apretó el cinturón el año pasado, con un leve incremento del 0,6% en las dispensas públicas. Pero, en el caso de las entidades locales, el gasto no se moderó, al contrario, creció un 4,4% más con respecto al ejercicio de 2023. Asimismo, el gasto de la Seguridad Social también tuvo un comportamiento muy al alza (+5,5%).
El informe del Insee reza que las prestaciones sociales supusieron más del 60% del incremento del gasto público, aumentando en 39.100 millones de euros en 2024. “Este aumento se debe en gran medida a la revalorización de las prestaciones indexadas a la alta inflación de 2023”, lo que supuso el 40% restante del gasto público. En concreto, la partida de pensiones se incrementó un 6,9% en 2024, después del 5% de 2023. El primero de enero la revalorización fue del 5,3%.
Para este año, con el objetivo de acortar el déficit, el Ejecutivo de Michel Barnier pretendía atrasar la revalorización a julio de este año, pero la ultraderecha de Agrupación Nacional y la izquierda de Francia Insumisa rechazaron esta propuesta. Este fue uno de los motivos, entre otros, que llevó a Barnier a dimitir.
En lo que respecta a los ingresos, “como era de esperar”, señalaba Tavernier, los impuestos “decepcionaron” en 2024. Los ejecutivos cometieron un gran error en la previsión de ingresos fiscales, lo que jugó un papel fundamental en este desvío de las cuentas públicas galas. En los presupuestos del año pasado estaba previsto alcanzar un déficit del 4,4%, pero la horquilla se abrió en 41.0000 millones de euros debido a este fracaso de la recaudación.
“Esto lo encuentro un poco sorprendente”, apuntó el director del Insee refiriéndose al incremento del gasto frente al ingreso.
Incógnita con el aumento del gasto militar
En un momento en el que en el seno de la UE se está debatiendo el aumento del gasto militar, surge la incógnita de lo que puede hacer Francia. Las cuentas públicas están hechas un desastre y esto complica las cosas.
Aunque esto no parece preocupar al presidente Macron. El líder galo expresó su intención de elevar el gasto en Defensa hasta el 3,5% del PIB, lo que supone una inversión adicional de aproximadamente de 3.000 millones de euros por año.
Según informó el Gobierno, para no tener que subir los impuestos emitirán bonos específicos destinados a la Defensa, permitiendo que la ciudadanía contribuya al fortalecimiento militar del país.
Lombard reiteró que Francia no se va a desviar de su trayectoria para corregir las cuentas públicas, aunque aumente el gasto militar, lo que supondrá también recortar de otras partidas. En su entrevista radiofónica anunció que su Gobierno evaluará el cambio de perspectivas económicas a mediados de abril, pero el objetivo de reducir el déficit al 5,4% en 2025 seguirá vigente y “haremos todo lo necesario” para cumplirlo.
“Mientras no abordemos el problema de la deuda y el déficit, estaremos en riesgo”, remarcó el ministro.
El plan para financiar la Defensa pretende que los inversores públicos inviertan 1.700 millones de euros de capital que, gracias a la coinversión con los inversores privados, permitirán invertir hasta 5.000 millones de euros en fondos propios adicionales para el sector.
Ahorro y más ahorro
El hecho de que se haya recortado el déficit en 2024 dibuja un horizonte más favorecedor para Bercy en 2025. Esta caída permite compensar el crecimiento tan lento que está experimentando la segunda economía de Europa. Las previsiones no son nada halagüeñas y el PIB corre el riesgo de quedarse en un magro avance del 0,9% previsto por el Gobierno en los presupuestos de 2025 y por el Banco de Francia.
Por otra parte, el consenso de Bloomberg (agrupa las predicciones de los principales analistas macroeconómicos privados) es mucho más optimista y vaticina que la economía francesa puede crecer hasta un 1,2% este año, lo que le daría a Bercy todavía más oxígeno.
Según un informe de la Dirección General del Tesoro, la previsión para acortar el déficit al 5,4% para este año sigue siendo realista “pero está sujeta a un riesgo al alza”. Por eso, recomienda fijarse un plan de ahorro de 5.000 millones de euros para este año, justo la cantidad que pretende emplear en aumentar el gasto en Defensa.
El Consejo Superior de Finanzas Públicas (HCFP, por sus siglas en francés) advirtió en enero que una parte de los ahorros aprobados en el presupuesto de 2025 no estaba debidamente documentada en el proyecto de ley de finanzas revisado por el gobierno de Bayrou. Ahora es necesario corregir esta situación, especialmente porque el Tesoro también alerta sobre el riesgo de un incremento inesperado en los impuestos obligatorios este año, estimado también en aproximadamente 5.000 millones de euros.
Los responsables de Finanzas y Presupuesto tienen el foco puesto en el recorte del gasto de las administraciones locales. La ministra de Cuentas Públicas, Amélie de Montchalin, aseveró que la reunión de la comisión presupuestaria del 15 de abril servirá para “evaluar con transparencia los posibles ajustes que deban realizarse”.
En esta comisión estarán todas las partes interesadas, incluso los cargos electos, los interlocutores sociales y las autoridades locales, dijo Lombard. El objetivo: “no encontrarnos en un solo año con un déficit 2025 publicado por el Insee superior al 5,4%”, sentenció.
Fuente: Revista El Economista