En la montaña rusa de sensaciones en la que se ha convertido el empleo de EEUU, el informe oficial de septiembre trae de nuevo buenos datos cuando el pesimismo se había instalado ante el notorio deterioro en las cifras. El mes pasado se crearon 254.000 nuevos puestos no agrícolas, muy por encima de los 150.000 esperados. Además, el dato de agosto se ha revisado de 142.000 a 159.000. La fortaleza de este nuevo informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo se termina de sustanciar con una tasa de paro del 4,1%, una décima inferior a la del mes pasado y de lo esperado. Pese al daño de las abruptas subidas de los tipos de interés tras una abrasiva inflación, la economía estadounidense parece seguir aguantando. En el sempiterno debate entre un enfriamiento propio de una normalización y una desaceleración previa a una recesión, los datos conocidos este viernes dan argumentos a la primera tesis. Los defensores del aterrizaje suave de la economía ganan esta partida y la posibilidad de un nuevo recorte de tipos ‘jumbo’ de 50 puntos básicos de la Reserva Federal en noviembre después del de septiembre pierde de momento fuelle.

Con permiso de la revisión al alza de agosto, también se ha producido una en julio, ascendiendo a 72.000 los puestos agregados en los dos meses previos a septiembre. El aumento del empleo en el propio septiembre fue generalizado: el sector del ocio y la hostelería sumó 78.000 puestos de trabajo, el de la asistencia sanitaria y social 71.700, el de la administración 31.000 y el de la construcción 25.000. La única debilidad notable se produjo en el sector manufacturero, que registró un aumento del 1,2%. El único punto débil fue el sector manufacturero, que perdió 7.000 empleos.

Otro dato siempre muy vigilado dentro del informe, el del avance de los ingresos medios por hora, también trae ‘buena temperatura’. Los ingresos medios pasaron de un 3,9% en agosto (revisado desde 3,8%) a un 4% en términos interanuales. En comparativa intermensual, el repunte es del 0,4%, revisándose una décima al alza hasta el 0,5% el de agosto. La tasa de participación -la proporción de la población que trabaja o busca trabajo- se mantuvo en septiembre en el 62,7% por tercer mes consecutivo.

“A la vista de la fortaleza del mercado laboral que se desprende del informe de empleo de septiembre, el verdadero debate en la Reserva Federal debería centrarse en la conveniencia de relajar la política monetaria. Las esperanzas de un recorte de 50 puntos básicos se han desvanecido. Seguimos esperando que la Fed adopte un enfoque más comedido, reduciendo los tipos 25 puntos básicos en cada reunión hasta que el tipo de interés oficial se sitúe entre el 3% y el 3,25%”, valora Paul Ashworth, de Capital Economics. Esa senda de recorte para 2024 era la telegrafiada por los propios funcionarios de la Fed en sus proyecciones de septiembre y la que ha defendido con vehemencia el presidente del banco central, Jerome Powell, en los últimos días, siendo inusual que mande un telegrama tan claro.

“Para quienes temen que el aumento del empleo salarial se deba únicamente al modelo de natalidad/mortalidad, la encuesta a los hogares (es la otra pata del informe, las nóminas se extraen de encuestas a las empresas) muestro una subida del empleo de 430.000 personas. Junto con un aumento más moderado de 150.000 personas en la población activa, la fortaleza del empleo en los hogares significa que la tasa de desempleo cayó al mínimo de tres meses del 4,1%”, explica Ashworth.

Como catalizador por excelencia de Wall Street cada inicio de mes, el informe de empleo ha movido a los mercados. Los operadores han pasado de dar un 68% de probabilidades a un recorte de 25 puntos básicos de la Fed en los tipos en noviembre a otorgar a ese escenario hasta un 88% de posibilidades en detrimento del recorte de 50. Esto se ha notado en la cotización del dólar, que ha repuntado hasta un 0,5% en su cruce frente al euro. En el mercado de renta fija, el rendimiento del bono del Tesoro a dos años, el más ligado a la trayectoria inmediata de los tipos de interés oficiales, ha escalado rápidamente del 3,72% al 3,85%. En la misma línea, el bono a 10 años ha pasado del 3,87% al 3,96%. “El informe debería ayudar a aliviar el temor de los inversores a que el mercado laboral estadounidense se tambalee y amenace con arrastrar consigo a la economía”, certifica Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro en EEUU.

“Estos resultados probablemente eliminen la posibilidad de un recorte de tipos de 50 puntos básicos para la próxima reunión de la Fed, a menos que el informe de empleo del mes que viene sea un desastre”, añade Kenwell. Desde ING advierten de que antes de que la Fed apriete el botón de nuevos recortes en la reunión del 6 y 7 de septiembre, la BLS publicará otro informe de empleo, el de octubre, que puede alterar la fotografía: “Lo interesante es que la huelga de estibadores, la huelga de Boeing y los despidos derivados del huracán Helene pueden afectar al informe de nóminas de octubre. De hecho, podría incluso ser negativo, en parte dependiendo de cuestiones de definición y tiempos de registro. Pero eso es para el mes que viene”.

“Las cifras de empleo se basan en una muestra de empresas seleccionadas y no en una encuesta completa de todas ellas, por lo que pueden fluctuar considerablemente de un mes a otro. Por lo tanto, no se deben sobreinterpretar los valores mensuales individuales. Así como los últimos informes probablemente presentaron la situación como demasiado mala, las cifras de septiembre podrían ser ‘demasiado buenas’. Es probable que el promedio de seis meses sea más significativo, ya que sigue mostrando un ligero debilitamiento. Sin embargo, no hay señales de una recesión inminente“, subraya Christoph Balz, economista de Commerzbank en un análisis para clientes.

El dato de empleo pone el colofón a una semana cargada de métricas. A principios de la misma, se publicó la encuesta JOLTS de agosto, que mostró que el ritmo de contrataciones y despidos sigue enfriándose notablemente (las empresas acaparan mano de obra dada la incertidumbre económica existente). Por otro lado, el informe de ADP de septiembre con la creación de empleo privado se situó en 143.000 nóminas, muy por encima de las 125.000 esperadas. Sin embargo, es cierto que el informe de ADP no ha mostrado últimamente una gran correspondencia con el de la BLS.

Otro dato al que se suele observar con atención tampoco dio muchas pistas. Las peticiones de subsidio por desempleo en EEUU publicadas el jueves subieron a 225.000 solicitudes en la semana anterior. Esta cifra supone un aumento de 7.000 respecto a la semana previa, pero no se aleja mucho de las 221.000 previstas y se mantiene en un rango bastante constante. Peores perspectivas mostraron los indicadores de empleo tanto del ISM manufacturero como del de servicios relativos a septiembre. Este indicador adelantado de actividad privada también es muy vigilado en EEUU.

“Nuestra hipótesis de base sigue siendo que EEUU puede lograr un aterrizaje suave en el supuesto de que una economía fundamentalmente sólida responda a los recortes de tipos y a una mayor claridad política tras las elecciones. No obstante, creemos que los riesgos siguen inclinándose hacia un crecimiento más débil y unos tipos de la Fed más bajos, dada la percepción entre los hogares de un deterioro del mercado laboral (aunque las cifras de hoy no lo confirmen), lo que puede llevar a los consumidores a gastar con más cautela. Esto es muy importante, dado que el gasto de los consumidores representa alrededor del 70% del PIB. Habrá que esperar y ver”, concluye James Knightley, economista jefe de ING para EEUU.

Fuente: Revista El Economista

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