Es oficial, la locomotora de Europa recorre la senda de la recesión. Según las estimaciones del propio gobierno de Alemania, se espera que 2024 termine en contracción económica con una caída del 0,2% empeorando el 0,1% negativo de 2023. La debilidad de su industria acosada por los altos tipos de interés y un debilitamiento de la demanda externa ya se ha convertido en algo crónico y, pese que los salarios y el consumo aguantan, la realidad es que la nación centroeuropea está en apuros. En ese contexto, una amenaza soterrada está empezando a emerger en su economía con más fuerza que nunca: una oleada de quiebras que acelere el descenso de su economía.

Las bancarrotas, que han ido creciendo de forma consecuente al debilitamiento de su economía han sido una constante. Sin embargo, ya no son pequeñas empresas las que están yendo a concurso. El lado más ‘feo’ de la crisis ya empieza a emerger en firmas de mayor envergadura, cuya caída ya tiene un importante eco en la vasta red de pymes y midcaps que sostienen el tejido industrial germánico. Una de las últimas en dar la voz de alarma fue Landwarme, una empresa ya más relevante de biometano.

Esto ocurrió en agosto pero este mismo 30 de septiembre el proveedor de automóviles VKW, con más de 3.000 empleados y 560 millones de euros de facturación, se declaró en concurso ante la incapacidad de hacer frente a sus acreedores. Solo hace un par de meses el gigante FTI Touristik también tomó la misma decisión. También han cerrado sus puertas los grandes almacenes históricos Kaufhof y el gigante textil Esprit.

Estos casos son la prueba viviente de las estadísticas publicadas por el órgano estadístico alemán, Destatis, que mostraron que las insolvencias se han disparado en julio hasta su nivel más alto en una década, las 1.406 en un solo mes. Steffen Müller, jefe de investigación de insolvencia del IWH, dijo que esperaba que las cifras cayeran ligeramente en agosto y luego volvieran a aumentar en septiembre. Aunque el dato más relevante es que el 10% de estos procesos fueron empresas grandes (con una facturación superior a 50 millones de euros).

Desde Allianz se han mostrado muy negativos con estas cifras, alegando que el festival de quiebras podría haber comenzado. En su último informe, el banco alemán señalaba que esperan que este 2024 los concursos se disparen un 21% hasta los 21.500 casos. Lejos de frenarse, como parecían indicar los expertos tras las malas cifras de 2023, cada vez más persianas caen de forma permanente en el corazón económico del viejo continente. De hecho los expertos de Allianz creen que en 2025 seguirá creciendo, esta vez un 2%, hasta los 22.000 casos.

“Las empresas más grandes en quiebra han aumentado un 33% y cuando algo se desmorona, lo hace con fuerza”

La entidad alemana señala que no es un problema tanto del número en sí mismo, sino del daño económico, pues ahora están empezando a caer las empresas más grandes, lo que traerá un “efecto dominó” que puede ser la última mala noticia para la debilitada economía alemana. “Las empresas más grandes en quiebra han aumentado un 33% y cuando algo se desmorona, lo hace con fuerza”, comenta Milo Bogaerts, responsable de Allianz Trade en Alemania, Austria y Suiza. En ese sentido el experto incide en que se ha entrado, probablemente, en un bucle donde “las grandes insolvencias tengan un efecto dominó sobre las empresas de toda su cadena de suministro, lo que lleve a su vez a más quiebras”. Un bucle que conspira contra el tejido industrial de Alemania.

Uno de los grandes problemas viene, en ese sentido, de la distribución industrial y empresarial de Alemania. El grueso del empleo y la economía del país está sostenido sobre la Mittelstand, las medianas y pequeñas empresas, que acaparan el 60% y que suponen cerca del 52% del PIB, según el ministerio de Finanzas del país. En ese sentido, estas firmas viven en buena medida de exportación (el 60% venden al exterior) o de proveer a grandes empresas en suelo local. Los altos tipos de interés ya han dejado tocadas a este tipo de empresas y, si empiezan a caer grandes firmas, las Mittelstand que orbitan a su vera pueden caer, provocando un efecto bola de nieve.

Los expertos de Allianz sentencian que este puede ser el factor clave que provoque la caída en recesión de Alemania. “Las quiebras en Alemania nunca habían aumentado tan rápidamente” lo que augura “unas perspectivas económicas sombrías. Será un año perdido económicamente”. Jonas Eckhard, experto en procesos de quiebra en FalkenSteg comentaba que también espera un repunte de las quiebras en la segunda mitad del año. Algo que el experto definía como “una tormenta de bancarrotas”.

Por qué quiebran

“Las empresas siguen luchando contra los efectos de la recesión de 2023, las crisis actuales y el débil desarrollo económico de este año”, afirma Patrik-Ludwig Hantzsch, jefe de investigación económica de Creditreform. Esta firma defiende en un reciente informe que el aumento de las quiebras provocará daños a proveedores, prestamistas y compañías de seguros por valor de 19.000 millones de euros. Esto supone 6.000 millones de euros más que en el primer semestre de 2023. El experto Hantzsch cita como motivo de este salto el número considerablemente mayor de grandes insolvencias.

Estas empresas llevan ya años en problemas. Con mayores precios de la energía que han asediado sus beneficios, una inflación que ha ido en la misma línea y… todo ello saliendo de una crisis de suministros y la pandemia. Para colmo se encontraron con una recesión en 2023 que golpeó sus perspectivas y unos tipos de interés que han encarecido su deuda. Desde Creditreform explican que estos altos tipos han provocado que estas empresas pierdan todas sus balas para salvarse de la bancarrota, pues “hacen poco atractiva la adquisición de firmas con más riesgo”. Al tiempo que “las ventas inciertas por la situación económica han disuadido a los inversores”.

Desde BCA Research comentaban que es el torrente de persianas bajadas ha venido porque ante “la política monetaria, que sigue siendo restrictiva, un mercado laboral que se está deteriorando y la inversión en capital siguen siendo débiles, las quiebras están aumentando rápidamente”. Esto, junto con la actividad de la construcción derrumbándose “está limitando la economía nacional.

Al margen del impacto en la propia actividad económica, desde Deutsche Bank señalan que unas insolvencias increscendo tendrán un impacto a su vez en los bancos alemanes. “Con unas insolvencias corporativas en aumento, esto tendrá un impacto en las entidades de Alemania“. Desde el Bundesbank anticipan ya este escenario desde hace meses y a comienzos de año pidió a las firmas que usasen los beneficios que les ha aportado para aumentar su liquidez ante las insolvencias corporativas”.

“Con toda probabilidad, dado el cambio estructural que tenemos, dada la incertidumbre que nos rodea, es probable que aumenten las insolvencias corporativas, es probable que aumente el riesgo crediticio, y es por eso que nosotros, desde ambos lados, desde el lado macroprudencial y desde el lado microprudencial, realmente concienciamos a los bancos sobre estos riesgos y los instamos a aumentar todo lo que puedan, su resiliencia” comentaba la vicepresidenta Claudia Buch.

No solo es Alemania

Pese a que una oleada de quiebras en Alemania, por sí mismo, pone en una situación complicada a Europa, la realidad es que el resto del continente no está libre de este problema y de hecho, los analistas de Schroders señalaban que este es uno de los grandes problemas bajo la alfombra de la economía europea desde el covid, todavía sin respuesta.

Claudia Aquino, analista de Scope Ratings explicaba en un reciente informe que el sector minorista en Europa está descolocado por numerosas tendencias. “La retirada del apoyo de la pandemia y la crisis energética ha llevado a un aumento en las quiebras en el sector, resaltando la estabilidad artificial previa”. “Tras el fin del apoyo estatal, es probable que los “minoristas zombis” vayan a la quiebra”. La firma señala que el sector minorista de la moda es el que más está sufriendo este problema, representando un 57% de las insolvencias dentro de todo el continente.

“El riesgo crediticio sigue siendo alto en el sector minorista europeo este año, en particular en el segmento de bienes discrecionales, sin señales de que la tendencia creciente de quiebras empresariales del año pasado se revierta en 2024 después de que los incumplimientos aumentaran en el primer trimestre” sentencian desde la agencia. Según las cifras de Eurostat relativas al segundo trimestre del año, las quiebras aumentaron un 3,1% interanual, marcando un nuevo récord histórico y un 4,4% intertrimestral.

“Europa Occidental sigue siendo uno de los principales contribuyentes a este aumento mundial de las insolvencias empresariales, a pesar de una ligera desaceleración” comentan desde Allianz, a lo que añaden, ven un problema similar con el caso alemán. “El factor preocupante es un aumento de insolvencias entre las grandes empresas que podría generar un incremento de los impagos entre los pequeños proveedores”.

Fuente: Revista El Economista

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