Japón se enfrenta al mayor déficit en décadas de un alimento básico clave en su cocina: el arroz. La unión explosiva entre el mal tiempo, que perturba las cosechas, y el aumento del turismo, tiene al país lidiando con la escasez desde hace meses.

Ya en los últimos tres años, la demanda ha estado superando a la producción de arroz de mesa, la variedad que se utiliza en la mayoría de los platos japoneses, pero ha sido en verano de 2024 cuando más se ha notado el desajuste, llegando a disminuir las existencias a sus niveles más bajos en 20 años, según datos del Departamento de Agricultura de EEUU, que analiza este mercado.

Ha sido algo habitual en agosto que los supermercados se quedaran sin arroz blanco, incluso las tiendas llegaron a limitar las compras a una bolsa por persona.

Una de las explicaciones a este escenario es el clima. Varias olas de calor encadenadas con sequías en la segunda mitad de año han pasado factura a las cosechas y, además, este año los ciudadanos han almacenado más arroz en previsión de la temporada de tifones y ante la advertencia de un gran terremoto que podría ocurrir en el país.

Otro factor para la escasez es la disminución de los productores de arroz: mientras los activos se van jubilando, no existe relevo generacional para cubrir los puestos, dejando una evidente falta de mano de obra en la profesión.

La masiva afluencia de turistas es la guinda del pastel. La fiebre por la comida japonesa, uno de los grandes reclamos para los visitantes, aumentó la demanda de sushi y otros platos a base de arroz.

La “aislada” economía del arroz de Japón

A todo esto se unen las políticas arroceras del país, que siguen siendo el factor subyacente clave que contribuye a la caída de la oferta general. Según recuerda Joseph Glauber, investigador principal del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, a la CNBC, “la economía del arroz en Japón sigue en gran medida aislada del mercado mundial”.

Japón impone un arancel del 778% al arroz importado para proteger a sus productores. El país se ha comprometido a importar un mínimo de 682.000 toneladas de arroz al año para cumplir con sus obligaciones con la Organización Mundial del Comercio ya que el arroz se encuentra en gran medida aislado de los consumidores japoneses y se utiliza principalmente para procesamiento y piensos.

En añadido, entre 2014 y 2022, las exportaciones de arroz de Japón se han sextuplicado, alcanzando casi 30.000 toneladas.

En cuanto al precio, se alcanzaron los 16.133 yenes (112,67 dólares) por 60 kg en agosto, un 3% más que el mes anterior y un 5% por encima de principios de año. De hecho, el encarecimiento del arroz -junto al chocolate- fue uno de los alimentos que más contribuyó al alza de la la inflación general de Japón en agosto (+2,8%).

Fuente: Revista El Economista

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