El BCE se inclina por subir los tipos 50 puntos básicos hasta alcanzar niveles no vistos desde 2008

Se avecinan las últimas reuniones de los bancos centrales este 2022 y aunque los datos macroeconómicos respalden sus políticas monetarias hasta la fecha todavía hay margen para que sigan subiendo los tipos de interés en las principales economías del mundo.

La situación energética en Europa y sus altos ratios de inflación invitarán a la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a anunciar otra subida de 50 puntos básicos en la última reunión del año, el 15 de diciembre, bajando el ritmo respecto a los dos movimientos anteriores que fueron de 75 puntos básicos y que desde julio supone un aumento de dos puntos porcentuales enteros.

De confirmarse este nuevo incremento en el último mes del año, supondría situar los tipos de interés en la zona euro en niveles no vistos desde mediados de 2008, con el estallido de la crisis de Lehman Brothers. Un evento que forzó al BCE a contraer con contundencia los tipos para incentivar la economía durante aquella recesión.

¿Un giro ‘dovish’ del BCE?

Los tipos de referencia en Europa se sitúan en el 2% en Europa (en el 1,5% en el caso del tipo de facilidad de depósito) y aunque se prevé que sigan aumentando durante la primera parte del año que viene el BCE no será tan restrictivo como hasta la fecha. Este cambio que descuenta el mercado se basa, en parte, en la evolución de los precios en Europa. El dato adelantado del IPC de noviembre para la eurozona cayó hasta el 10% desde el 10,6% del mes anterior (y sorprendiendo a la baja a las previsiones del mercado que recoge Bloomberg).

Pero los propios miembros del BCE han dejado entrever en sus últimas declaraciones que la responsable monetaria europea podría moderar su tono a partir de ahora. Más allá de que estos discursos funcionen como un globo sonda para ver cómo reacciona el mercado a un cambio de postura del equipo de Lagarde, lo cierto es que el seno del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (formado por los gobernadores bancarios de cada Estado y por el Comité Ejecutivo, con Lagarde a la cabeza) ya no se decanta por el tono hawkish (más restrictivo) como lo hacía hace unos meses, según los baremos que utiliza Bloomberg a través de los discursos de los miembros del BCE.

Uno de los últimos discursos en esta línea fue el del economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, que declaró que “la peor parte del trabajo ya está hecha” al encontrarse los precios en su cenit, a su juicio, aunque no dio por finalizadas las alzas ni acotó en cuántos puntos básicos subirían los tipos de referencia al cierre de 2022.

El gobernador del banco central irlandés (Gabriel Makhlouf) también descontó un movimiento de medio punto como el más probable. Estas palabras llegaron un día después de que su homólogo francés, François Villeroy de Galhau, se postulase también a favor de un cambio de 50 puntos básicos en la cita de dentro de dos semanas.

Desde el punto de vista de los analistas, la mayoría descarta un alza de 75 puntos básicos, aunque hay voces como la de la analista macro de La Française AM, Audrey Bismuth, que todavía proyecta esta posibilidad ya que un solo dato de la inflación no tiene por qué ser suficiente para un cambio de rumbo.

Y aunque los escalones fueran a ser más cortos a partir de ahora no reduce el tamaño de la escalera. Las posibilidades de que se alcance un tipo de interés de referencia más alto del que ahora se baraja se mantienen, dado que el IPC subyacente en Europa no se resiente al mismo nivel que los precios al consumidor en general. Desde Edmond de Rothschild no descartan que el pico de la inflación se pueda alcanzar en 2022 gracias a la caída de los precios energéticos desde el verano pero “el subyacente se mantuvo estable y sigue siendo alto”. Por el momento, el mercado descuenta que el tipo máximo se alcanzará a partir de marzo del año que viene con el tipo de facilidad de depósito en el 2,75%. Pero, a diferencia de lo que sí puede hacer la Reserva Federal de EEUU, en Europa no se espera que los tipos de interés bajen en 2023 una vez se alcance ese máximo.

Fuente: Revista El Economista

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