Aproximadamente un mes recorrimos el barrio que comprende las calles Antepara y García Goyena donde se encuentra un paso peatonal elevado que fue construido para que sea utilizado por las personas que tenían que llegar a las instalaciones de SERLI ubicada en esa intersección y muy cerca también a la Escuela para personas no Videntes ubicada en el sector.
Pero quienes se apoderaron del paso peatonal elevado fueron personas que no tenían un lugar para dormir y para consumir por las noches sustancias sujetas a fiscalización a vista y paciencia de los moradores del sector y todavía con intimidación a los propietarios de las viviendas de las inmediaciones antes mencionadas.
Incluso el día que fuimos a la cobertura de esa irregularidad notamos pedazos de tela como dando la forma de un toldo para cubrirse de los transeúntes que pasaren por el lugar no los vieran como dormían , las necesidades biológicas las realizaban en la parte baja dejando todas las heces fecales a vista y paciencia de las personas .
Los olores pestilentes y la falta de luminosidad en las noches llevó a los moradores del sector a protestar para aquello confeccionaron carteles con anuncios para las autoridades del orden y municipales , la presencia de los comunicadores ayudó en gran forma para que tomen las debidas correcciones y desalojen a las personas que habían convertido al paso peatonal elevado en dormitorios.
Actualmente está despejado el paso hace falta mayor iluminación en las noches para que estudiantes puedan hacer uso del paso elevado, gracias a los efectivos de la Policía Municipal o Metropolitanos de Guayaquil se logró que la calma retorne a este barrio , y se pueda transitar sin ningún temor.
Moradores luego del trabajo de las autoridades de policía , municipales y de comunicación , primero pueden respira un aire menos contaminado, seguros en su caminar y que esto no se vuelva a repetir por personas que a falta de familia y un techo cualquier paso elevado o puente lo convierten en su casa, estadía y demás área para cubrirse del sol y de la lluvia.
Luis Viera