La remolacha, conocida científicamente como Beta vulgaris, es una planta herbácea perenne de la familia de las amarantáceas. Esta hortaliza es apreciada por sus raíces y hojas comestibles, distinguiéndose por su color rojo intenso característico, debido a la presencia de betalaínas.
Originaria de las regiones costeras de Europa, la remolacha fue cultivada durante siglos por sus valores nutricionales y sus diversos usos en la cocina. Además de su uso alimenticio, la remolacha se emplea en la producción de azúcar y colorantes naturales. En los últimos años, ha ganado popularidad en dietas saludables por su alto contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Los beneficios para la salud de la remolacha
La remolacha, esa raíz de color rojo intenso, es conocida por su sabor terroso y sus numerosos beneficios para la salud. Desde la antigüedad, los romanos la usaban como afrodisíaco, y hoy en día la ciencia confirma que el consumo de remolacha puede contribuir a mejorar el flujo sanguíneo, reducir la presión arterial, aumentar el rendimiento físico e, incluso, proteger el cerebro. Estos efectos están relacionados con los componentes únicos de la remolacha, entre ellos las betalaínas y los nitratos naturales, que actúan de formas sorprendentes en el cuerpo humano.
Uno de los elementos más destacados de la remolacha son las betalaínas, los pigmentos naturales que le dan su distintivo color y que poseen una potente acción antioxidante. Estos antioxidantes, explica Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), protegen las células del daño causado por los radicales libres, compuestos que pueden contribuir al envejecimiento prematuro y al desarrollo de diversas enfermedades. Las betalaínas han demostrado ser efectivas incluso en la lucha contra ciertas células cancerígenas, como las del cáncer de colon, aunque aún se requiere más investigación para entender su impacto directo en el cuerpo humano.
Otro beneficio notable de la remolacha es su impacto en el microbioma oral, el conjunto de bacterias presentes en la boca. Al beber jugo de remolacha de forma regular puede mejorar el equilibrio de estas, favoreciendo aquellas que tienen un efecto positivo en la salud vascular y reduciendo la presencia de microorganismos asociados con enfermedades e inflamación. Esta mejora en el microbioma oral podría, a largo plazo, ayudar a mantener la capacidad del cuerpo para producir óxido nítrico, un factor que tiende a disminuir con la edad.
La remolacha ha ganado popularidad entre los deportistas por su capacidad para mejorar el rendimiento físico. Los efectos del óxido nítrico sobre los vasos sanguíneos ayudan a aumentar la eficiencia en el uso del oxígeno durante el ejercicio, lo que se traduce en una mayor resistencia y menor fatiga muscular. Los atletas que consumen jugo de remolacha pueden llegar a mejorar su velocidad y resistencia, siendo capaces de mantener un esfuerzo de alta intensidad durante más tiempo.
Cómo ayuda la remolacha a la memoria
La remolacha es un superalimento que, además de sus beneficios físicos, se ha posicionado como un aliado en el cuidado de la memoria y la salud cognitiva. Este vegetal promueve la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que permite una mejor irrigación de sangre hacia el cerebro, facilitando el funcionamiento de diversas áreas encargadas de la memoria y la toma de decisiones. La evidencia científica destaca en especial el impacto de la remolacha en el lóbulo frontal del cerebro, una región clave en la memoria de trabajo y en procesos de pensamiento superiores, como el juicio y la toma de decisiones.
La remolacha es rica en ácido fólico, una vitamina fundamental para la protección de las células nerviosas. El ácido fólico puede ayudar a prevenir el daño en el ADN de estas células, protegiéndolas del deterioro cognitivo relacionado con enfermedades como el Alzheimer. En este contexto, se ha hallado que una adecuada suplementación con ácido fólico podría contribuir a la reparación de las células nerviosas en el hipocampo, la región cerebral asociada con la memoria y el aprendizaje, y reducir el riesgo de pérdida de funciones mentales a medida que envejecemos.
¿Por qué la remolacha es buena para la circulación?
La remolacha es una hortaliza que ha ganado reconocimiento por sus efectos beneficiosos en la circulación sanguínea y la salud cardiovascular.
El jugo de remolacha es particularmente valorado por su alta concentración de nitratos naturales, compuestos que el cuerpo convierte en óxido nítrico. Esta molécula es fundamental para la dilatación de los vasos sanguíneos y ayuda a que el flujo de sangre sea más eficiente. En 2019, una investigación publicada en el Journal of Applied Physiology confirmó el impacto del jugo de remolacha en la dilatación venosa y su capacidad para mejorar la circulación, incluso en personas con condiciones de salud complejas. Esta propiedad es especialmente útil porque el flujo sanguíneo adecuado asegura que los órganos y tejidos reciban el oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar de manera óptima.
Además de favorecer la circulación, la remolacha ayuda a reducir la presión arterial en cuestión de horas tras su consumo, como destaca la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México. Esto puede atribuirse al efecto vasodilatador del óxido nítrico, que facilita el trabajo del corazón al reducir la resistencia en las arterias, y resulta particularmente valioso para quienes desean proteger su salud cardiovascular a largo plazo.
Los antioxidantes presentes en la remolacha también juegan un rol importante. De acuerdo con un estudio citado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) en 2021, estos antioxidantes ayudan a regular los líquidos y la glucosa en sangre. Esto indica que la remolacha no solo apoya la circulación, sino que también contribuye al bienestar general del sistema cardiovascular y metabólico.
El sistema circulatorio incluye el corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos, que son los encargados de transportar la sangre rica en oxígeno y nutrientes desde el corazón hacia el resto del cuerpo y devolver la sangre pobre en oxígeno para ser renovada. En este proceso continuo de bombeo, el funcionamiento adecuado de las arterias y venas es fundamental, y es aquí donde los beneficios de la remolacha pueden hacer una diferencia importante, al ayudar a mantener las vías sanguíneas en buen estado.
En conjunto, la remolacha se presenta como un aliado natural para la purificación de la sangre y el buen funcionamiento del sistema circulatorio. Además de sus propiedades antioxidantes, es rica en fibra y otros nutrientes que promueven la desintoxicación del hígado y del sistema circulatorio, lo cual respalda una salud integral y refuerza el bienestar cardiovascular.
Cuál es el valor nutricional de la remolacha
La remolacha es una hortaliza baja en calorías, ideal para quienes buscan opciones saludables y nutritivas. Una porción de remolacha contiene solo 37 calorías, lo que la convierte en una excelente opción para quienes desean mantener su peso sin sacrificar sabor ni nutrientes esenciales. Su contenido en grasas es nulo, aportando 0 gramos de grasa y 0 mg de colesterol, características que ayudan a cuidar la salud cardiovascular.
Además de ser ligera, la remolacha es rica en fibra, con 3,1 gramos por porción. Esta fibra es esencial para una digestión saludable y contribuye a la sensación de saciedad. Otro de los minerales clave que aporta la remolacha es el potasio, con 300 mg por porción, importante para el buen funcionamiento muscular y para regular la presión arterial. También contiene 23 mg de calcio, que contribuyen a la salud ósea, y 10 mg de vitamina C, un antioxidante que refuerza el sistema inmunológico y ayuda a la absorción de hierro en el organismo.
Con su equilibrado perfil nutricional, la remolacha se presenta como un alimento completo, que aporta energía y beneficios para el organismo en cada bocado.
Cómo hacer jugo de remolacha para incluirla en la dieta diaria
Primero, se debe preparar las remolachas, limpiándolas bien y cortándolas de forma adecuada. Para esto, quitarles las hojas, retirar la punta de la raíz con un cuchillo y lavarlas a fondo para eliminar cualquier resto de tierra o suciedad. Luego, se puede pelarlas con un cuchillo o pelador. Si se prefiere un sabor menos amargo, lo mejor es retirar la piel; sin embargo, también se puede dejar para aprovechar al máximo sus nutrientes, aunque el jugo tendrá un gusto más intenso.
Cuando estén limpias, se corta las remolachas en cubos para facilitar el licuado. Luego colocar los trozos en la licuadora y agregar una taza de agua fría. Para darle un toque de frescura, se exprime el jugo de un limón y se cuela para que no queden restos de pulpa; luego, se debe añadir a la licuadora junto con la remolacha. Tras este proceso se tendría que procesar a potencia media hasta que todo esté bien triturado y se obtenga una mezcla uniforme. Si el jugo resulta demasiado espeso, se agrega un poco más de agua según tu preferencia.
Para endulzar el jugo, si recomienda, añadir azúcar, edulcorante o incluso miel si se busca un sabor más natural y suave. También se encuentra la opción de personalizar el jugo agregando frutas y verduras como manzana o zanahoria, que mejorarán el sabor y aportarán más vitaminas y nutrientes a tu bebida.
Fuente: INFOBAE