EEUU entra en recesión técnica: el PIB se contrajo un 0,9% anualizado en el segundo trimestre

El titular que muchas redacciones económicas tenían preparado se ha cumplido. EEUU entra en recesión técnica al registrar contracción del producto interior bruto (PIB) dos trimestres seguidos, según la estimación preliminar de la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio publicada este jueves. Si en el primer trimestre de 2022 registró una contracción del 1,6% anualizado, en el segundo ha sido del 0,9%, bastante lejos del crecimiento del 0,4% anualizado que esperaban los analistas. Aunque todavía no se puede decir que la primera potencia está ya en una recesión clásica al uso, el debate está servido y la incertidumbre irá a más.

 

En términos más europeos, la contracción del PIB estadounidense ha sido del 0,2% intertrimestral frente a la del 0,4% en el primer cuarto del año. Atendiendo al desglose del Departamento de Comercio, las principales razones de esta caída se encuentran en la ralentización de la demanda interna y la menor acumulación de inventarios.

La inversión residencial se desplomó un 14%, ya que la fuerte subida de los tipos hipotecarios afectó al mercado de la vivienda. La inversión de las empresas cayó un 0,1% debido a la debilidad de los gastos en estructuras y equipos. El gasto público disminuyó por tercer trimestre consecutivo.

El gasto de los consumidores aumentó un tibio 1% -el ritmo más débil desde el final del shock por el covid-, ya que los elevados precios frenaron la disposición de los consumidores a gastar. Las ventas finales ajustadas a la inflación a compradores nacionales -una medida de la demanda subyacente que excluye el comercio y las existencias- cayeron un 0,3% anualizado.

La menor acumulación de inventarios restó dos puntos porcentuales al crecimiento del segundo trimestre. Sin embargo, este lastre se vio compensado en gran medida por la contribución positiva de 1,4 puntos porcentuales del comercio neto.

Las cifras del Departamento de Comercio ilustran cómo la inflación ha mermado el poder adquisitivo de los estadounidenses y el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal ha debilitado sectores sensibles a los tipos de interés, como la vivienda.

“La economía está luchando contra los vientos en contra de la alta inflación, el agresivo endurecimiento de la Fed, la volatilidad de los mercados financieros y el debilitamiento de la demanda mundial. Estos retos están erosionando la confianza de las empresas y de los consumidores, y reducirán la contratación y la actividad económica en 2023“, sintetiza Lydia Boussour, analista de Oxford Economics.

“Los consumidores siguen sometidos a una presión real, ya que la inflación reduce el poder adquisitivo, mientras que el desplome de los mercados de valores es otro factor que pesa sobre el sentimiento. Estamos empezando a ver un descenso en algunos de los datos de movimiento de personas, como el seguimiento de la movilidad de Google en torno al comercio minorista y el ocio, las cifras de las cenas en restaurantes de OpenTable y también las cifras de los controles de seguridad de los aeropuertos de la TSA”, apunta James Knightley, economista jefe internacional de ING.

Los rendimientos del Tesoro a dos años cayeron después de que el informe redujera las posibilidades de nuevas subidas agresivas de los tipos de la Fed, mientras que los futuros de las acciones estadounidenses se mantuvieron a la baja y el dólar borró las ganancias. “Este dato añade presión sobre la Fed para actuar con menor agresividad en las subidas de tipos”, señalaban los analistas de Bankinter tras conocerse la estimación preliminar de PIB.

“Al haber retrasado el endurecimiento durante demasiado tiempo, la Fed está jugando a ponerse al día y es posible que acabe teniendo que dar marcha atrás el año que viene. Históricamente, el intervalo entre la última subida de tipos y la primera bajada es de seis meses. Esta vez podría ocurrir incluso más rápido”, complementa Knightley.

A la espera de la NBER

El pésimo dato borra de un plumazo la mayoría de análisis, que sostenían que, pese a la manifiesta desaceleración, la economía estadounidense resistiría en terreno positivo ante evidencias como las buenas cifras de empleo, con un paro del 3,6% muy cercano a los mínimos históricos.

El propio presidente de la Fed, Jerome Powell, preguntado este miércoles repetidamente por la recesión tras subir los tipos otros 75 puntos básicos, descartó que EEUU estuviera en recesión, ya que la demanda subyacente sigue siendo sólida y la economía probablemente no esté en recesión. También hizo referencia a las condiciones del mercado laboral, que sigue muy ajustado, y la solidez de los balances de la mayoría de los hogares. Con todo, admitió que el margen para un ‘aterrizaje suave’ de la economía es cada vez más estrecho.

La contracción respalda la lectura del indicador del PIB en vivo de la Fed de Atlanta, que venía anticipando desde hace semanas de una contracción del PIB. El camino hasta confirmar que haya una ‘recesión de verdad’ no será tan sencillo. En EEUU, quien dictamina si la hay o no es la Oficina Nacional de Investigación Económica en EEUU (NBER por sus siglas en inglés) al incorporar sus cálculos tendencias más de fondo buscando dinámicas claras.

Fuente: INFOBAE

Compartir esta noticia

Facebook
Twitter
Scroll al inicio