El Atlético de Madrid visitaba Cornellà sabiendo que había ganado el Real Madrid y que necesitaba los tres puntos para hacerse con la segunda plaza de LaLiga Santander. Tenía delante a un RCD Espanyol que se está jugando la vida para mantener la categoría y se notó desde los primeros minutos. Los pericos salieron con todo y en el primer minuto ya habían tenido dos. Mucha tensión y presión, pero los goles de la primera parte los pusieron los colchoneros.
El primero vino en un pase de Mario Hermoso al que no llegó César Montes y Saúl recibió en el área, se sacó un zurdazo y batió a Pacheco. Siguieron intentándolo los de Luis García, que no se les puede achacar nada, si acaso falta de gol, pero el golpe llegó al filo del descanso cuando Griezmann cazó un rechace en el área y remató. El portero del Espanyol logró sacarla, pero el VAR determinó que el balón había entrado. Jarro de agua fría para los locales.
La segunda parte iba a ser un ejercicio de remar a contracorriente para los blanquiazules, pero el fútbol es impredecible. A los 15 segundos de la reanudación, Carrasco remató un rechace de Pacheco y puso el tercero. Estaba en depresión la grada hasta que llegó el golazo de cabeza de César Montes y se vinieron arriba. Fue cuando llegó la locura al encuentro. Joselu transformó un penalti y a los pocos minutos Vinicius Souza hizo el empate con otro cabezazo. No se movería más el marcador y se hay reparto de puntos en un ejercicio de supervivencia de un guerrero Espanyol.(D)