Daniel Noboa gobernará sin esqueleto local que lo apoye

La gobernabilidad no solo radica en la Asamblea Nacional. A semanas de que el presidente electo Daniel Noboa inicie su breve periodo, la búsqueda de apoyos también se extiende a los territorios para, desde ahí, tener un espacio de maniobra para gobernar.

En las elecciones anticipadas, sobre todo en la segunda vuelta electoral, la Revolución Ciudadana, que impulsaba la candidatura de Luisa González, encontró en los territorios donde tienen autoridades un potente altavoz para sus propuestas. Un elemento débil en la estructura que respalda a Noboa.

Pueblo, Igualdad y Democracia (PID, lista 4) y Mover (extinta Alianza PAIS, lista 35) fueron los partidos que sirvieron de vehículo a Daniel Noboa para presentarse a las elecciones presidenciales y legislativas anticipadas de agosto de 2023. Ambas organizaciones con débil presencia territorial.

El PID, por ejemplo, logró ganar 5 alcaldías, pero a través de alianzas con otros partidos. Del mismo modo, Mover apenas ganó las alcaldías de cuatro cantones, todas en alianza. En el ámbito provincial, ninguna de las organizaciones obtuvo prefecturas.

Esta casi nula estructura partidista que soporta al presidente electo, según Pedro Donoso, consultor político y director del gabinete de estrategia y comunicación Icare, se traduce en un problema de gobernabilidad en los territorios que podría agravarse en el ejercicio del poder.

“Cuando le toque enfrentar movilizaciones en un año preelectoral donde las organizaciones sociales quieren ser jugadores, ¿cómo lo va a enfrentar? ¿Cuál será esa estructura militante que lo saldrá a defender?”, cuestiona y señala que son escenario que Noboa ya debe prever.

Aprovechar su ola de popularidad para encontrar apoyo ciudadano en los territorios es una de las alternativas que Javier Orti, presidente del partido Avanza, avizora para que Noboa supla su falta de estructura partidista. “Hay el riesgo de que se encuentre con oportunistas políticos (…)”, advierte.

Otra alternativa más práctica, pero riesgosa es la de pactar con otras organizaciones políticas que dispongan de una robusta estructura partidista. “Esto ya está pasando en la Asamblea, pero veremos si eso también se refleja en el Ejecutivo”, acota y recuerda que esto podría caer en la transacción de intereses.

Sin embargo, según continúa, estas negociaciones políticas no deben ser secretas, sino plurales y participativas. “Una salida posible es reactivar las mesas de diálogo como espacio de discusión y decisión de esos temas complejos (…)”, propone Jiménez, quien también fue legislador del movimiento CREO.

El reto de conseguir gobernabilidad por fuera del espectro político, específicamente la Asamblea Nacional, según precisa Donoso, ayudará al presidente electo Noboa a enfrentar de mejor manera las adversidades del ejercicio del poder. Incluso si llega a ser acechado por la nueva Legislatura.

Fuente: expreso.ec

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