Crear empresa pública de seguridad, aumentar número de policías ciudadanos y convocar consejo de seguridad, entre medidas de Aquiles Álvarez

En un discurso pausado y en el que por dos ocasiones mencionó dichos del expresidente Carlos Julio Arosemena, Aquiles Álvarez se posesionó esta mañana como alcalde de Guayaquil en el Palacio de Cristal, en el malecón de Guayaquil.

Con un Palacio de Cristal lleno y caluroso, Álvarez dijo que la libertad es acceder a servicios básicos, espacios dignos, y que cada uno diseñe su propio futuro. Libertad, dijo, es que las madres no tengan el corazón en vilo esperando el regreso de sus hijos a sus casas.

Habló de devolver el mandato a los ciudadanos e incluirlos dentro de los planes. “Mi único deber es cumplir con ustedes. El deber de Guayaquil es resurgir. Devolver el mandato a los ciudadanos. Un plan de desarrollo junto a los ciudadanos, de la mano de ustedes”, dijo.

El nuevo alcalde sostuvo que la ciudad atraviesa momentos complejos por la inseguridad. Manifestó que Guayaquil tiene tres enfermedades graves: inseguridad, mala planificación financiera e inundaciones.

Dijo que en el 2022 la ciudad estuvo entre las 24 más violentas, y que en cuatro meses de este año se superó el 50 % de las muertes violentas frente al 2022. Terminaríamos este año dentro de las 20 ciudades más violentas, aseveró.

Álvarez mencionó al menos tres acciones inmediatas que tomará: crear la empresa pública de seguridad, aumentar el número de policías ciudadanos y convocar al consejo de seguridad de Guayaquil.

En un momento de su intervención pidió a la prensa bajar el tono a la crónica roja, por la percepción que esto genera.

Además mencionó que no hay empleo pleno en la ciudad y más de 20.000 comerciantes autónomos necesitan ser formalizados. Y señaló que hay obras inconclusas, calles destrozadas y falta de inversión social focalizada, pero no llegaba para atacar a la administración saliente. “Vamos a demostrar con trabajo lo que se quiere lograr”, indicó.

Tomó un momento para hablar de las cifras que recibe y que comenzará a verificar desde este lunes. “El guayaquileño sabe en qué condición nos dejan la ciudad. La administración saliente nos deja en caja $ 10 millones y una deuda de $ 210 millones, 20 veces más”, sostuvo.

No dio detalles de otras medidas que adoptaría en materia económica en cuanto a impuestos, tasas o pasajes, pero de manera general sostuvo que se adoptarán medidas contundentes, que podrán ser duras, pero van a tomar decisiones “no pensando en que nos puede rebotar en lo político”. “Serán duras, pero las tomaremos”, indicó.

Adelantó que pedirán la competencia del parque Samanes para que se recupere el único pulmón de Guayaquil y recuperarán la flota de unidades de la Metrovía. También anunció los estudios para el transporte fluvial.

Dentro de sus gestión señaló que darán prioridad a barrios olvidados, con planificación. “Voy a ser un alcalde de territorio y no de oficina”, manifestó.

Dijo que la batalla será dura al pasar de lo onarmental a lo fundamental, por ello extendió la mano a quienes sufren por las condiciones de la ciudad. “Es urgente que unamos fuerzas, desde el barrio, la empresa privada y diferentes niveles de Gobierno para revertir el daño que ha generado la disputa”, manifestó.

Aunque ganó en las elecciones, manifestó que aún no hay nada de qué celebrar porque aún no hemos triunfado. Dijo que celebrarán cuando los barrios vuelvan a unirse, cultura sea para todos. “Cuando nuestros jóvenes sean cautivados por los estudios y no por las bandas diremos que hemos triunfado”, dijo.

Al final de su intervención pidió a Dios que lo guíe y entregó formalmente en sus manos a la ciudad para que “nos saque en el terror que vivimos”.

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