Los jueces y tribunales, aunque limitados siempre por los hechos del caso, a través de sus sentencias han expresado su pensamiento sobre la situación de la mujer en Ecuador. Quisiera enfocarme en el consenso que existe sobre la desigualdad histórica de la mujer.
Ha dicho la Corte Constitucional que, en ámbitos como el laboral, las mujeres suelen ser remuneradas con salarios notablemente inferiores a los del hombre y en ocasiones pierden su trabajo a causa de la maternidad. Hacen especial énfasis en que la desigualdad existente está influenciada por la cultura patriarcal (Sentencia 751-15-EP/21) y ha expresado que dichos patrones patriarcales, perviven en las instituciones y organizaciones públicas y privadas de nuestra sociedad (Sentencia 1894-10-JP/20).
Un juez, incluso, reconoció abiertamente en su voto concurrente que “los derechos de las mujeres no han sido una concesión del sistema patriarcal y de los hombres, sino que ha sido una conquista por su lucha en todos los espacios donde han sufrido y sufren violaciones” (Sentencia 34-19-IN/21). Luego, en el ámbito político, hay un fallo interesante que defiende el principio de alternabilidad porque en Ecuador, tradicionalmente, la representación política estuvo reservada en la realidad de los hechos para los ciudadanos y relegaron a la mujer al mundo de la vida privada (Sentencia 002-09-SEP-CC).
Si bien el tema no se agota en los fallos citados, estas decisiones reflejan en parte el pensamiento del alto tribunal sobre la situación de la mujer. Claramente, la labor de las Cortes no es suficiente para cambiar patrones. Los jueces hacen su parte, pero requieren el compromiso de otras instituciones y funciones del Estado y de la sociedad en general. Mientras esto último no suceda, las normas y las prácticas continúen imponiendo trabas, las mujeres seguirán acudiendo a los tribunales. En este espacio encontrarán el cambio que ni las leyes ni las políticas públicas les conceden.
VERÓNICA HERNÁNDEZ MUÑOZ (EC)
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