Dificultar al máximo el acceso de terceros a las aplicaciones de banca en un dispositivo móvil puede ahorrarle quebraderos de cabeza a muchas personas en caso que el teléfono inteligente se pierda o peor aún, sea robado.
Además de adoptar otros métodos más tradicionales, como la protección con contraseña del smartphone y la inclusión de la verificación de identidad para acceder a la cuenta, otra idea que funciona es mantener algunas aplicaciones ocultas en el dispositivo (especialmente las de finanzas).
Fuente Infobae