El canal de Panamá sigue en el ojo del huracán geopolítico. China, a través del diario afín Ta Kung Pao, ha exigido a CK Hutchinson que cancele la venta de los puertos panameños de Cristóbal y Balboa a la firma estadounidense BlackRock. “La transacción perjudicará los intereses de seguridad nacional y desarrollo de China”, cita el periódico, que deja caer la posibilidad de que Hong Kong prohíba la operación por razones de “soberanía y seguridad nacional“.
La noticia ha supuesto un nuevo mazazo en la cotización de CK Hutchinson en la bolsa hongkonesa, ciudad en la que tiene su sede la empresa. La firma ha perdido casi la mitad de las ganancias que había logrado cuando dio a conocer la operación a principios de mes. Pekín no ha tenido miramientos en desacreditar la venta: “Los que insisten repetidamente en que este acuerdo es un ‘negocio jurídico’ en virtud de la libertad contractual son demasiado ingenuos y están confundidos“.
Las perspectivas se van a pique
A principios de mes CK Hutchinson, una empresa hongkonesa especializada en operar puertos, anunció un acuerdo con BlackRock y MSC, la mayor gestora de activos y la naviera más importante del planeta, respectivamente. El trato planteaba vender la gestión de 45 puertos situados en más de 20 países al consorcio suizo-estadounidense por unos 21.000 millones de euros. Esta operación se dividía en dos partes:
- La venta de 43 puertos situados en 23 países, entre los que se incluyen naciones como Corea del Sur, México o Países Bajos.
- La venta de las participaciones de CK Hutchinson en Panama Ports, que controla las terminales de Cristóbal y Balboa. Cada uno de estos dos puertos se sitúan en sendas entradas del canal de Panamá.
El plazo de la operación vence a principios de mes, lo que denotaba ciertas prisas por cerrar el acuerdo. Este tipo de transacciones suelen llevar meses, incluso después de haberse anunciados. El segundo paquete de la operación, además, depende de la autorización de la Administración de Panamá, quien también controla la gestión del propio canal de Panamá.
El Dragón está furioso
Desde que se dio a conocer la venta, Pekín ha tratado de bloquear la operación. Según Bloomberg, ha ordenado a sus agencias que investiguen a fondo el acuerdo de venta para que encuentren algún subterfugio legal. En la última semana, dos oficinas han publicado comunicados del diario Ta Kung Pao recogidos por EFE, que criticaban con dureza los movimientos de CK. La administración de Hong Kong, ciudad que cuenta con un grado alto de autonomía, también desaprueba la operación y no ha negado la posibilidad de vetar la operación.
La cascada de amenazas llegó después de saberse de las intenciones de Donald Trump de invadir el canal de Panamá. El presidente estadounidense ha ordenado al Pentágono que prepare un plan de ocupación militar del Canal, según una exclusiva de la NBC. China teme que la venta a BlackRock suponga un aumento de los costes comerciales para fondear en las terminales. Si Trump tomase el Canal, directamente podría bloquear el paso a buques con pabellón chino.
La Casa Blanca aplaude la adquisición
Las sospechas de Pekín no son infundadas. Según la agencia Bloomberg y el Wall Street Journal, Larry Fink, dueño de BlackRock, se reunió con toda la plana mayor del Gobierno de Estados Unidos para contar con su bendición. Fink planteó la compra de los puertos como una solución comercial a la presencia china en el país centroamericano.
Tanto el presidente norteamericano, Donald Trump; como el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, estaban conformes con la operación. Trump incluso alabó en su discurso en el Congreso la compra. Fink después envió una carta a los inversores de la firma estadounidense razonando que la compra de las terminales panameñas formaban parte de una operación más grande que sería rentable para BlackRock.
Tanto la prensa occidental y como la oriental siguen con una duda todavía no resuelta: ¿qué ganan Fink y BlackRock con la compra? La gestora posee más puertos en su cartera, por lo que no es algo nuevo; pero esta adquisición supone la mayor compra de activos marítimos de la historia de la compañía estadounidense. Teniendo en cuenta que Trump ha seguido en marchas con sus intenciones de tomar el propio Canal por la vía militar, no parece que la solución comercial de Fink sea el último capítulo en esta historia.
Panamá guarda silencio ante las superpotencias
El país centroamericano, de momento, no ha realizado declaraciones. Formalmente, los puertos son bienes públicos propiedad del Estado, al igual que el Canal.