Ya es oficial, China lanza su respuesta a los aranceles de EEUU. El gigante asiático ha anunciado unos gravámenes del 34% a todos los bienes de EEUU que entren en China, según la agencia oficial Xinhua. Esta medida entrará en vigor a partir del 10 de abril pero irá más allá de los gravámenes y tomará dos medidas adicionales. Por un lado incluirá a 16 entidades en la lista de control de exportaciones, limitando su actividad en el país, al tiempo que restringirá las ventas de tierras raras. Esta respuesta es proporcional al anuncio de Donald Trump el día 2 de abril. El republicano impuso un 34% de aranceles extra al gigante asiático aunque no fue el único, también impuso un 20% a la UE y 24% a Japón. Aunque de media ahora impondrá al mundo entero un 25%.

En el caso de China llueve sobre mojado pues Trump ya había iniciado una guerra comercial en su primer mandato en la que, pese a llegar a un acuerdo en fase uno, nunca se habían retirado los gravámenes que impuso entonces, pues Biden mantuvo el pulso sobre Pekín. Con la nueva ofensiva de Trump los aranceles sobre el país ya están en el 54%. Según Trump, tanto este país como el resto del mundo se están aprovechando de EEUU dado su déficit comercial y requiere una equiparación en sus relaciones económicas.

Respecto a las restricciones de tierras raras, estas afectarán al samario, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el lutecio, el escandio y el itrio, informó el Ministerio de Comercio en un comunicado. Según el mismo esto buscaría proteger la seguridad y los intereses de China. Estos elementos son fundamentales para diversos productos, desde teléfonos móviles hasta turbinas eólicas, pasando por misiles de precisión. La industria electrónica, energética y de Defensa depende de los mismos.

Por su parte también ha anunciado que suspende importaciones de productos como las aves de corral de algunas empresas estadounidenses. También están suspendidos los envíos de harina elaborada con carne y huesos de aves de corral, utilizada como alimento para animales, de tres proveedores estadounidenses: American Proteins, Mountaire Farms of Delaware y Darling Ingredients son algunas de las más afectadas.

El Ministerio de Finanzas de China ha recordado que las medidas anunciadas por Trump sobre las exportaciones del país hacia Estados Unidos son una práctica “incompatible con las normas del comercio internacional”, que socava gravemente los derechos e intereses legítimos de China y constituye una práctica típica de “intimidación unilateral” que no sólo perjudica a los intereses de Estados Unidos, sino que también pone en peligro el desarrollo económico mundial y la estabilidad de la cadena de producción y suministro.

Volviendo a estos últimos aranceles, al margen de los ya impuestos, Pekín ya tenía una serie de gravámenes sobre productos específicos. En marzo el país ya había impuesto un 15% sobre productos agrícolas como el trigo, maíz, pollo y algodón y un 10% sobre la soja el cerdo, la cerne de res, fruta, verdura y productos lácteos. El 10 de febrero también impuso un 15% sobre las importaciones de gas natural licuado (GNL) y carbón de EEUU y un 10% sobre el petróleo. Previamente había aranceles sobre productos agrícolas y el sector tecnológico que vienen de la primera guerra comercial.

En 2024 EEUU acumuló un déficit de 295.350 millones de dólares respecto a China en su comercio bilateral. Las importaciones ascendieron 438.900 millones frente a unas ventas de 143.550 millones de dólares. Los productos estrella fueron los semiconductores, que significaron 15.300 millones de dólares, seguido de la soja (15.200 millones), el petróleo (10.700 millones y el gas natural licuado (10.300 millones). Por su parte la nación asiática suministra a EEUU productos clave como equipos industriales, smartphones y tecnología, además de circuitos integrados. Poniendo en perspectiva las cifras China representa un 8% de todas las ventas al exterior de EEUU.

En cualquier caso China parece condenada a salir muy afectada de este intercambio de golpes. Según Capital Economics, solo con los aranceles de Trump y sin medir el impacto que estas represalias, espera una reducción del PIB solo por la medida entre un 0,5% y un 1%. En cualquier caso matiza que el gigante asiático sufrirá menos que sus pares en Asia ya que se había ido desconectando de EEUU durante estos años. “China depende de la demanda estadounidense en solo el 2,8% de su PIB por lo que no tiene por qué sufrir tanto como otros páises”. En cualquier caso, señalan que todo depende del yuan pues esa diferencia de medio punto depende de “las decisiones que tome el Banco Popular”.

La respuesta de China es solo una más del campo de batalla comercial en el que se ha convertido el mundo desde este martes. Canadá fue la última en salir a responder a la ofensiva de Washington con aranceles del 25% a los coches estadounidenses que incumplan el tratado de libre comercio. Según Otawa esto reportará cerca de 8.000 millones de dólares a las arcas del país. Ahora todas las miradas están puestas en la Unión Europea, que está preparando una respuesta.

De momento el Viejo Continente ha respondido a través de las declaraciones de Ursula Von der Leyen desde Samarcanda, Uzbekistán, afirmando que se trata “de un duro golpe para la economía mundial y de la UE”. Sin embargo ha mostrado un enfoque hacia el diálogo pidiendo “pasar de la confrontación a la negociación” y afirmando que “no es demasiado tarde para abordar sus preocupaciones (de Trump) mediante el acuerdo”.

Fuente: Revista El Economista 

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