China extenderá las ayudas por hijo a las madres solteras para fomentar la natalidad

China continúa buscando soluciones para acabar con la crisis demográfica que amenaza su expansión. El gigante asiático sigue desmontando la política de un solo hijo que imperó durante décadas y que ahora se traduce en una carga económica inasumible para una generación sin hermanos que tiene que sostener a una población envejecida.

La situación es crítica. Con la tasa de natalidad en mínimos históricos coincidiendo con la pandemia y la incertidumbre que generó, Pekín, con una ley de derechos de las mujeres obsoleta, se abre a extender a las madres solteras los beneficios de maternidad hasta el momento solo disfrutan las casadas; la ley solo protege a las mujeres que tengan hijos dentro del matrimonio.

Las madres casadas disfrutan de facilidades en el acceso a créditos o hipotecas, obtienen beneficios en materia de educación y reciben incluso incentivos económicos por nacimiento. Estas políticas de planificación familiar previsiblemente se extenderán a las mujeres solteras que tengan hijos ahora que la segunda economía más grande del mundo necesita aumentar el número de nacimientos, según deslizaron ayer desde la Administración Nacional de Seguridad de la Salud del país.

La Comisión Nacional de Salud de China ha presentado esta semana un marco de políticas para aliviar la carga económica que supone tener un hijo. El plan, elaborado entre 17 ministerios, incluye políticas fiscales, de vivienda, de empleo y de educación.

En plena desaceleración económica, con récord de desempleo juvenil e inmerso en una profunda crisis del sector inmobiliario que hace temblar a Pekín, China lleva años batallando contra la crisis demográfica provocada por un modelo de control de la natalidad que ahora pasa factura.

Las flexibilizaciones de la política del hijo único que se extendió durante 35 años que comenzaron en 2013 y se afianzaron en 2016 provocaron solo un pequeño repunte en los nacimientos. El año pasado, el Gobierno relajó aún más su política: ahora son deseables hasta tres hijos. Pero sin ayudas económicas, ese giro de 180 grados se hace inviable.

En los últimos meses, Pekín se ha ido abriendo a más cambios para alentar a las parejas a tener más hijos. La última actualización fue en diciembre, cuando se presentó proyecto de ley para actualizar la ley de los derechos de la mujer. La nueva norma prohibirá a los empleadores preguntar a las mujeres sobre su estado civil y de embarazo.

Fuente: Revista El Economista

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