Bruselas respira con cierto alivio por la pausa arancelaria anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Son solo 90 días, pero es un primer acercamiento. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dado la bienvenida a la decisión de la Casa Blanca y ofrece una tregua similar, una pausa de 90 días, para los aranceles del 25% anunciados ayer a una lista de productos estadounidenses, como maíz, muebles o calzado.

“Tomamos nota del anuncio del presidente Trump. Queremos dar una oportunidad a las negociaciones. Mientras finalizamos la adopción de las contramedidas de la UE, que recibieron un fuerte apoyo de nuestros Estados miembros, las dejaremos en suspenso durante 90 días“, ha anunciado la alemana en la red social, X antigua Twitter.

“Si las negociaciones no son satisfactorias, entrarán en vigor nuestras contramedidas. Continúan los trabajos preparatorios sobre nuevas contramedidas. Como he dicho antes, todas las opciones siguen sobre la mesa”; ha agregado la alemana sobre la primera ronda de aranceles con un impacto de más de 20.0000 millones de euros y que debían entrar en vigor en tres fases: a mediados de abril, a mediados de mayo y a principios de diciembre.

“Acojo con satisfacción el anuncio del presidente Trump de pausar los aranceles recíprocos. Es un paso importante hacia la estabilización de la economía mundial”, ha apuntado la jefa del Ejecutivo comunitario en un comunicado.

Es la respuesta a la decisión del líder republicano de pausar, durante tres meses, todos los aranceles “recíprocos” que entraban en vigor a medianoche, no solo los de la UE. No obstante, en este paréntesis no se incluye el gravamen del 25% a las importaciones de acero y aluminio, ni del 25% a las importaciones de automóviles. Tampoco incluirá China, después de que la escalada de represalias llevara a elevar el gravamen al 125% desde el 104%.

En todo caso, volviendo a Europa, la alemana, ha advertido de que contar con unas condiciones “claras y predecibles es esencial para el comercio y las cadenas de suministro”. Ha avisado, también, de que los aranceles dañan a las empresas y los consumidores y, por ello, ha defendido que se apliquen aranceles cero entre la UE y Estados Unidos. Entre el mayor bloque comercial del mundo.

La UE, ha dicho la alemana, sigue comprometida con llevar a cabo “unas negociaciones constructivas” con Washington, para llevar a una relación comercial “sin fricciones y mutuamente beneficiosa”.

“Al mismo tiempo, Europa sigue centrándose en diversificar sus asociaciones comerciales, entablando relaciones con países que representan el 87% del comercio mundial y comparten nuestro compromiso con un intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas”, ha agregado la jefa del Ejecutivo comunitario en un comunicado.

En paralelo, Bruselas ha intensificado los trabajos para eliminar las barreras del mercado único. “Esta crisis ha dejado clara una cosa: en tiempos de incertidumbre, el mercado único es nuestro ancla de estabilidad y resistencia”, ha incidido la alemana.

La administración Trump ha anunciado, hasta la fecha, aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio. A ello, se suman aranceles del 25% a las importaciones de vehículos y, por último, un gravamen generalizado del 20% a las importaciones de todos los productos europeos.

La UE, mientras, hace equilibrismos entre la negociación y la represalia. Aboga por el diálogo con Washington. Ha puesto sobre la mesa la posibilidad de aplicar aranceles cero a las importaciones de productos industriales, incluidos vehículos. Al tiempo, ha respondido con aranceles del 25% a un listado de productos estadounidenses, como calzado o muebles, y prepara una nueva ronda de represalias para la semana que viene.

Fuente: Revista El Economista

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