Neymar se divierte y Santos sonríe. Está lejos de poder ofrecer su mejor versión, la que le llevó a ser uno de los mejores del mundo, pero conserva toda su calidad, la que le permitió dar una lección magistral a balón parado contra el modesto Inter de Limeira.
Fue un festival de Neymar, que liquidó el partido en media hora con un gol olímpico y dos asistencias a Tiquinho Soares. Su mejor actuación desde que volvió a ponerse la camiseta del Peixe llegó ante un equipo entrenado por Márcio Fernandes, el técnico que le hizo debutar como profesional en Santos.
Su vuelta a Brasil no está resultando sencilla para Neymar, que coleccionaba más críticas que elogios. Su exhibición en Limeira, además de asegurar el pase de Santos a los cuartos de final del Paulistão, provocó que hasta la afición rival se rindiera ante el nuevo rey de Santos. Por un momento olvidaron que Neymar acababa de estampar el último sello que certificaba el descenso de Inter de Limeira para aplaudir su gol olímpico.
Fueron tres fogonazos que iluminaron un partido gris, como tantos de los que ha ofrecido Santos en este Paulistão. Neymar tenía ganas de divertirse y cuando eso sucede, lo normal es que la noche acabe en fiesta. Buscó el balón, se ofreció, reclamó el papel protagonista que todos esperan de él y terminó encontrando su sitio en las esquinas.
Desde el córner solucionó el encuentro. Desde la esquina izquierda regaló el primer gol a Tiquinho Soares, desde la derecha le ofreció el segundo y entre medias dejó la mejor pincelada de la noche con ese gol olímpico.
Neymar ya ‘vacila’ con sus regates en Brasil y pudo acabar mal
Neymar inició hace tiempo una carrera contra sí mismo, una persecución contra la sombra de aquel excelente futbolista que fue y que intenta volver a ser. Santos ha puesto todo el equipo a su disposición y el ‘10′ sigue dando pasos para alcanzar su mejor versión. Por el momento, su fútbol está lejos de alcanzar la brillantez de antaño, pero su calidad le basta para ser un jugador determinante en el Paulistão. (D)
