Asociación de productos médicos sugiere licitar servicio de farmacias de consulta externa de red pública de salud en lugar de ir a una externalización

Más de 500 boticas estarían interesadas en formar parte del plan gubernamental de externalización de farmacias de consulta externa de la red pública de salud, que la integran el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) y el Instituto de Seguridad Social de Fuerzas Armadas (Issfa).

Según la ministra de Salud, Ximena Garzón, un comité calificador revisa que todas las farmacias que han aplicado a firmar un convenio de adhesión cumplan con los requisitos, que son en total doce.

Para la Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos (Asedim), en lugar de externalizar sería mejor licitar el servicio.

Según Cristina Murgueitio, directora ejecutiva de ese gremio, externalizar la consulta externa no solventará el desabastecimiento hospitalario, porque —agregó— el problema está en el abastecimiento para la hospitalización.

En el caso de Asedim, para consulta externa ofertan dispositivos básicos y mínimos, como glucómetros, tensiómetros y oxímetros.

“¿Cómo usted logra tener en la economía de escala los precios más bajos para el Estado? Cuando compra en grandes cantidades. Pero si lo van a comprar a través de farmacias, no lo van a comprar en grandes cantidades; lo van a comprar en cantidades reducidas, disponibles para esos pacientes específicamente”, adujo Murgueitio.

Para la ejecutiva, el Estado podría comprar un servicio de dispensación de farmacias y solventar el problema mediante una licitación.

“Usted pone a licitación, que alguien venga y maneje su farmacia como tal (…), para evitar temas de corrupción, y eso no se ha dado”, argumentó.

A su juicio, habría interesados en ese mecanismo si es que se puede asegurar el pago correspondiente, dado que hay cartera vencida del Estado con proveedores externos de salud.

A criterio de Enrique Terán, quien es Ph. D. en Farmacología, la idea de externalización es buena y ha funcionado en otros sitios, pero —agregó— el problema es la implementación, pues en Ecuador, al menos por parte del Ministerio de Salud Pública (MSP), no se maneja una historia clínica única para toda su red y menos una receta electrónica.

Ve poco viable una licitación, pues —argumentó— ninguna farmacia “chica” puede abastecer de todos los medicamentos y menos darle “crédito” al Estado.

“Esto es para cadenas, y en el país hay varias. (…) Se aspira a que el paciente reciba la receta completa en una farmacia, y en las pequeñas no suelen tener todo, y peor en grandes cantidades”, acotó el experto.

A él le preocupa que en la mayoría de farmacias no hay un profesional farmacéutico, sino solo dependientes o vendedores. Entonces, se pierde la posibilidad de consejería al paciente, acotó.

Al consultarle el motivo, Terán respondió que, en principio, porque les resulta más barato contratar a alguien sin formación; y, segundo, porque la ley no exige que pasen todo el tiempo los farmacéuticos en el local.

“Otro problema es la falta de profesionales. Imagínese, en todo el país hay solo seis escuelas para formar farmacéuticos; eso debido a que no luce como profesión apetecible”, indicó.

También refirió que ya no existen controles, pues antes se prohibía que las farmacias estén una cerca de la otra; ahora hay dos, tres o más en la misma cuadra, mencionó.

Mario Palacios, presidente de la Federación Nacional de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos Farmacéuticos, indicó que es imposible externalizar las farmacias de emergencia, de hospitalización, de quirófano y de cuidados intensivos, debido a que los medicamentos se requieren en ese instante.

Palacios explicó que para el funcionamiento de las farmacias debe haber un responsable técnico, que debe ser un químico farmacéutico, para dar la atención en farmacovigilancia, para que haya buenas prácticas de dispensación o para establecer reacciones adversas.

Acotó que el gremio que preside está trabajando con la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) en la reforma de una normativa a fin de que la presencia del químico farmacéutico deba ser permanente, durante todo el tiempo en que la farmacia esté atendiendo al público, dado que actualmente está de manera parcial.

La federación estima que hay alrededor de 11.000 farmacias en el país, muchas de las cuales —agregó Palacios— no cumplirían con la infraestructura física adecuada.

“Son cuartos. Ahí no se cumplen las buenas prácticas de almacenamiento, de dispensación…”, aseguró el dirigente. (I)

Fuente: El Universo

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