Así crece la demanda de blindar vehículos, inseguridad pesa más que los precios que llegan hasta $ 37.000

“Así como están las cosas en Ecuador es mejor pasar inadvertido y tener un perfil bajo, pero sí hay que invertir en la seguridad; el año pasado hice blindar dos carros que uso para movilizarme”. Son las palabras de un empresario, que prefiere la reserva de su identidad y que invirtió más de $ 55.000 en colocarle blindaje a dos vehículos.

La situación que comenta este hombre de negocios no es aislada, pues los índices de inseguridad han generado que el interés en blindar vehículos crezca en los últimos meses; lo que en algunos casos se han transformado en mayor demanda para empresas que realizan estos trabajos, sobre todo desde el 2022 a la fecha.

Así, por ejemplo, lo corrobora Daniel Yanez, gerente de mercadeo de Orgu, una concesionaria de la marca Ford, con el respaldo de Corporación Maresa, que también se dedica al blindaje de vehículos, desde hace 18 años, no solo de la Ford, sino también de otras como Mercedes Benz, BMW, Audi y Toyota.

Yanez asegura que desde el 2020 al 2022 se han vendido más de 200 unidades blindadas en diferentes marcas; y en ese último año la empresa tuvo un incremento del 85 % en los pedidos para blindar vehículos, mientras que para este año prevé un crecimiento de al menos un 35 % más en comparación al año pasado.

Orgu incluso promociona su nueva gama de vehículos blindados en su página web con la Ford F150 y la Explorer, aunque Yanez indica que también se blindan otros modelos como la Ford Expedition, Ford Ranger y Ford Escape; y el 90 % de los modelos de las otras marcas ya mencionadas también se puede blindar. ”Una fortaleza de ser Orgu Blindados es que tenemos un inventario disponible para entrega inmediata de vehículos Ford”.

Un proceso de blindados puede tomar hasta cuatro meses y que el único pre-requisito para que el vehículo sea apto para blindaje es tener al menos un cilindraje de 2.000 centímetros cúbicos, comenta.

Sobre los precios, explica que varían en el caso de que sea un vehículo nuevo, en el que se toma en cuenta el valor del vehículo nuevo más el precio del blindaje. Y, en el caso de que el vehículo sea un seminuevo, únicamente el valor del blindaje. Además, el valor del blindaje dependerá del tipo de blindaje y del tamaño del vehículo.

Por ejemplo, tomando como referencia precios aproximados del blindaje para una Ford Explorer, existen tres alternativas: el blindaje Silver, que es de un nivel IIIA, que cuesta $ 24.990. El Gold nivel IIIA $ 31.990 y el Platinum nivel IIIA que está a $ 36.990.

Otras empresas como Blingard, que empezó en el negocio en 1998, también tienen buenas expectativas, sobre todo en las últimas semanas en las que se ha notado un creciente interés de posibles nuevos clientes.

La empresa ofrece blindajes desde los $ 14.000 en adelante.

“Debido a las circunstancias políticas y de inestabilidad no ha habido incremento en el primer trimestre, pero ahora estamos notando un incremento en la cantidad de cotizaciones que solicitan”, dice Imrgard Eggeling, jefa de blindajes de la empresa, que espera un incremento de por lo menos un 20 % en trabajos.

Eggeling indica que sus principales clientes son empresas, corporaciones, así como empresas pequeñas y medianas del sector acuícola y agrícola. Uno de sus clientes es Jhon Garaycoa, presidente de Mac Security, quien ofrece vehículos blindados para servicios de seguridad. Él además es socio estratégico de Blingard, a donde deriva a sus clientes que buscan el servicio de blindaje para sus vehículos.

Sin embargo, Garaycoa asegura que la demanda de otros clientes que buscan el alquiler de carros blindados también ha crecido en los últimos meses, debido al elevado costo de blindar un vehículo y al tiempo que toma. ”El valor de los carros blindados es alto, de ahí que hay ejecutivos que optan por el alquiler de carros blindados VIP por días, para actividades como ir a las haciendas, a las fincas, a las camaroneras o empacadoras”. Y comenta que siempre es reservado el asunto de las identidades de las personas que mandan a blindar sus vehículos.

Por otro lado, el crecimiento de la demanda de los servicios de blindajes para carros ha llevado al crecimiento del sector con la aparición de más empresas que optan por dedicarse a esta labor.

Así lo indica Eggeling, quien asegura que hace 20 años solo operaban tres blindadoras en Guayaquil, pero desde hace unos dos años aparecieron decenas más en el negocios, sobre todo desde el 2022. ”El boom que hubo fue el año pasado, hace unos dos años empezaron a emerger apenas uno que otro competidor, pero el año pasado empezaron muchos negocios que antes se dedicaban solo a colocar láminas de seguridad a también ofrecer el blindaje en vista de que la gente ya no se siente segura ni es suficiente para ellos en tener una película que sea solamente antigolpes, gente está buscando protección antibalas por el tipo de riesgo que existe”.

No todos los que prestan servicios de seguridad crecen

El interés por servicios de seguridad no favorece a todo el sector. Rodrigo Peralta, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación (Anesi), que agrupa a unas 100 empresas de seguridad tanto en Quito como en Guayaquil, reconoce que hay empresas que por su actividad han requerido de mayor seguridad como son las custodias terrestres y fluviales, contratación de más seguridad física, cámaras y cercos perimetrales, pero dice que también hay sectores económicos medios, como los restaurantes, que afectados por la delincuencia han decidido cerrar y terminar los contratos de seguridad.

Esta situación se refleja en las pocas expectativas del sector por la contracción del mercado.

“La expectativa que manejamos como gremio de seguridad es mínima ya que el mercado está contraído por la situación económica de las pequeñas empresas”, refiere Peralta, quien revela que en el sector público también ha habido una reducción del servicio de seguridad, debido al recorte de presupuestos destinados para la seguridad.

Afirma que hay muchas empresas que no han logrado hasta el momento cobrar a las instituciones públicas los valores de servicios que facturan.

En lo que sí tienen enfocadas sus expectativas es en renovar sus armamentos después de catorce años, tras el reciente anuncio sobre el porte de armas para civiles.

El dirigente explica que al no haber podido renovar el armamento por la prohibición para importar y los altos impuestos (ICE estaba en el 300 %), las empresas de seguridad nuevas no poseen armamento letal, que es lo que todos los clientes desean para que se les brinde un servicio adecuado.

“Esas empresas utilizan armamento no letal en desventaja con la delincuencia organizada y la delincuencia común”, señala el presidente de Anesi. Traer un arma al país les costaba aproximadamente entre $ 3.500 a $ 5.000, sumado el precio de la munición que cuesta en actualmente $ 3 por unidad (bala), sostiene.

Fuente: El Universo

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