Alemania está en un periodo realmente extraño y complicado, que puede resultar clave para el devenir de toda Europa. El sector industrial del país lleva mes tras mes alertando de una recesión cada vez más contundente. Los últimos PMI, conocidos este lunes, han dado buena cuenta de la complicada situación, con la producción industrial cayendo a 40,5 puntos en mínimos de 12 meses y arrastrando a toda la economía a una situación de contracción (50 puntos marca el umbral de crecimiento), con una caída de más de un punto por sorpresa hasta los 47,2.

Estas cifras llevan dejándose sentir de forma muy contundente en los gigantes alemanes de la industria automotriz, atrapados en una auténtica crisis. BMW, Volkswagen y Mercedes, los tres grandes, han mostrado recortes de previsiones por problemas técnicos, pero también con menores perspectivas en su negocio y una complicada situación. Este contexto ha llevado a todo tipo de empresas industriales (BASF, Bosch… etc) a recortes de plantilla. En la industria automotriz se ha visto con más claridad que nunca con la decisión de Volkswagen de cerrar fábricas por primera vez en toda su historia.

Hasta ahora el empleo alemán y los salarios han sido una de las claves para entender la política monetaria del BCE, pues su fortaleza era un freno para los recortes de tipos. Es por ello que ahora los recientes movimientos en el sector industrial están haciendo sonar una alarma que pocos preveían hace escasos meses: una oleada de despidos adueñándose del país y acelerando los recortes de tipos de la institución monetaria europea.

Los propios PMI ponen de manifiesto este como el punto clave y más llamativo. El doctor Cyrus de la Rubia, analista de Hamburg Commercial Bank remarcaba que “la desaceleración del sector industrial se ha profundizado, evaporando cualquier esperanza de recuperación”. El experto remarca que la producción ha vivido la mayor caída del año dado que “los nuevos pedidos se desplomaron y, en una señal de resignación, las empresas han despedido a personal al ritmo más alto desde el covid, en 2020”.

En resumen “la tasa reducción de personal, excluyendo la pandemia, fue la más alta de 15 años”. Desde Allianz creen que la tendencia seguirá pues ven que, “a diferencia de la mayoría de la zona euro, el desempleo en Alemania ha ido en aumento, y los últimos datos empresariales sugieren que esta tendencia podría continuar“. Por su parte, el último informe del Instituto de Investigación del Mercado Laboral e Investigación Ocupacional de Núremberg (IAB) , publicado este mismo lunes explicaba que ven un aumento de desempleados de 170.000 personas para este 2024 y de 60.000 para 2025. Concretando más, la institución espera que el mercado laboral viva un periodo complicado con un sector servicios intentando absorber los despidos masivos de la industria.

El mercado laboral germano empezaba a notar una gran presión ya desde hace un tiempo. La tasa de paro ha ido subiendo poco a poco, aunque dentro de un contexto estable. Desde que en mayo de 2022 llegase al 5%, esta ha ido ‘in crescendo’ hasta el 6% actual en la que se estableció en julio de 2023, y donde no se ha movido. Hasta ahora, estas cifras, aunque debilitadas y con una contracción industrial manifiesta (lleva en territorio de contracción según los datos PMI desde junio de 2022), mostraban una estabilidad que se combinó con un claro crecimiento de los salarios.

Los salarios negociados de la región subieron un 6,2% el primer trimestre del año. Esto es algo que agitó entonces los temores del BCE. El propio Joachim Nagel, gobernador del Bundesbank, comentaba entonces que “no debemos recortar los tipos precipitadamente y poner en peligro lo que hemos logrado… Un mayor crecimiento de los salarios puede traducirse en mayores presiones sobre los precios”. Ahora, la amenaza de una oleada de despidos amenaza con todo lo contrario, tumbar esta realidad, poner a Alemania ante una situación complicada y suponer una claro incentivo para el BCE. La locomotora de Europa cada vez está más dañada y tiene implicaciones clave en toda Europa.

Los mayores costes, una economía interna ralentizada por los tipos de interés y una demanda externa golpeada por una China más débil de lo esperado y un comercio mundial a la baja están lastrando las perspectivas del país. Tras caer un 0,1% en el último trimestre, la perspectiva para Alemania es una recesión técnica pequeña, que precede a un estancamiento. La Comisión Europea ve un crecimiento de solo el 0,1% para este año y del 1% para 2025. El FMI es solo un poco más optimista con un avance del 0,2%.

Desde Parthenon Economics tienen claro que los últimos datos PMI muestran una realidad clara a este respecto. “La última vez que el índice compuesto se desplomó a este ritmo, el PIB estaba cayendo. En otras palabras, “los PMI advierten que la economía alemana se está quedando sin fuelle, después de una pequeña caída del PIB en el segundo trimestre. Nuestra previsión de crecimiento para el tercer trimestre es del 0,1%, mientras que el consenso reciente es cero. Los riesgos están sesgados a la baja y la economía ha entrado ahora en una recesión técnica“.

Desde Capital Economics señalan que las perspectivas de Europa están totalmente lastradas por Alemania que “está ante una recesión técnica y con grandes desafíos estructurales”. Las perspectivas de la UE hablan de un crecimiento del 1% en 2024 lastrados, precisamente, por la nación germánica y una aceleración hacia el 1,6% para el año siguiente.

Tormenta de despidos en Alemania

Respecto a los despidos, el giro que puede cambiar todo. Las grandes empresas liderarán los mismos, pero serán las piezas de una caída en cadena que afecta a la enorme industria secundaria de pequeñas y medianas empresas que viven, en buena medida, para dar apoyo de la industria. Empezando por las grandes firmas, Volkswagen estaba hablando de unos despidos de 30.000 empleados, aunque la propia empresa ha respondido alegando que “no confirmamos esta cifra”, todo está en el aire y las magnitudes son enormes. Jefferies, por ejemplo, defendía en su último informe que esperan 15.000 despidos.

El resto de firmas recorren el mismo camino, con BMW esperando el despido de 8.100 trabajadores para finales de 2024. Pero los mayores problemas vienen de la mano de la industria paralela que vive de suministrar el motor alemán. El proveedor de repuestos, ZF, espera despedir al 25% de su plantilla en Alemania, es decir 12.000 trabajadores. Por su parte, Continental ya ha anunciado una reducción de 7.000. El sector del motor, en su conjunto, ya ha despedido al 6,5% de sus plantillas, según la fenicia Federal de Empleo de Alemania. Bosch, el mayor proveedor de piezas de automóvil del mundo, reducirá 4.000 puestos de trabajo.

“El débil desarrollo económico se refleja también en un débil desarrollo del empleo”

Pero el problema viene de una de las grandes claves del éxito alemán en el pasado. El Mittelstand. Las empresas medianas y pequeñas (especialmente las medianas) tienen una fortaleza inusitada en el país. Estas acaparan el 60% de los puestos de trabajo y, aunque está fuertemente diversificado, se han convertido en un elemento clave de la cadena de valor de las grandes corporaciones. Estas empresas muchas veces suelen estar hiper especializadas y tienen un gran crecimiento, pero dependen en buena medida de los gigantes del sector y la economía nacional, por lo que, si su actividad se resiente puede suponer un duro golpe para el empleo y economía de todo el país. El 60% de las Mittelstand son firmas exportadoras, siendo un elemento clave en la posición de Alemania en el mundo y suponen cerca del 52% del PIB del país, según el ministerio de Finanzas. Estas firmas además, están en una situación complicada con los altos tipos de interés en Europa, pues su menor músculo económico las deja más expuestas al crédito.

La última encuesta de Personio, muestra que el 60% de los empresarios del país están planeando recortes de personal de cara a los próximos 12 meses. Los motivos detrás de esto son, precisamente, la crisis económica que atraviesa el país, que ha frenado su actividad, de la mano de unos salarios más altos por parte de los empleados. El informe IFO iba más allá y avisaba que ante “una enorme falta de pedidos, las empresas están dejando de contratar gente”.

Según el director de la encuesta del Ifo, Klaus Wohlrabe, “el débil desarrollo económico se refleja también en un débil desarrollo del empleo“. La última encuesta del IFO respecto el empleo mostró en agosto la tercera caída consecutiva, llevando el índice a los 94,8 puntos. En la industria, el barómetro ha caído cada vez más en territorio negativo. “cada vez más empresas están pensando en recortar puestos de trabajo”, escriben los investigadores.

Los salarios seguirán altos

En cualquier caso los despidos, si bien limarán el problema de un mercado laboral estrecho, supondrán descenso de los salarios sino más bien, un límite a su subida. El último informe del Instituto Hans Boeckel (WSI) mostraba un incremento del 3,1% de los mismos ajustado a la inflación y 5,6% en términos absolutos. En ese sentido hablan de “fuertes aumentos salariales reales”: Esto viene en su totalidad de los acuerdos colectivos alcanzados el primer semestre.

Sin embargo, la posibilidad de que unos salarios elevados impidan que caiga la inflación ya parece desactivado. Los datos de agosto fueron especialmente relevantes en ese sentido al mostrar cómo el IPC germano cayó por debajo del 2% (1,9%) logrando el objetivo de estabilidad de precios. En cualquier caso, los salarios pueden seguir altos incluso con los despidos. Al menos eso piensa Pablo Duarte, analista de Flossbach von Storch, que defiende que esto viene de los aumentos de los costes laborales unitarios que de hecho”vienen aumentado a más del 5% interanual, comparado con 0,4% en los EEUU”.

Fuente: Revista El Economista

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