El pasado 22 de marzo, Isabel Pantoja regresó a los tribunales. La cantante se presentó en el juzgado de lo penal número 5 de Málaga por su presunto delito de insolvencia punible.
Pantoja arribó al juzgado minutos antes de la diez de la mañana. Vestida de negro y con una coleta, la cantante escuchó con atención que la Fiscalía pide tres años de cárcel.
Isabel tomó lugar en el banquillo de los acusados en una audiencia que fue pública. Motivo por el cual los medios lograron captar el momento justo en que la cantante se derrumbó entre lágrimas. El juez tomó cinco minutos para que se tranquilizara.
Este juicio se llevó a cabo, supuestamente, porque Isabel Pantoja no hizo frente a una deuda por la construcción de una de sus casas en el 2015, acusación que ella rechaza.
La cantante declaró que confía plenamente en su hermano Agustín a quien le firmó un poder cuando ella se encontraba en prisión. Agustín fungió como testigo.
El juicio duró más de tres horas y por cuestiones de seguridad la cantante abandonó el juzgado por la puerta trasera, evitando confrontar a la prensa.
Cabe destacar que este juicio se llevó a cabo nueve años después por el blanqueo de capitales por el caso Malaya.
La insolvencia punible es un delito que se comete cuando un deudor comete actos fraudulentos que perjudican los intereses de los acreedores. La intención es eludir el pago de una deuda.
Fuente: Excélsior
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