Varios segundos espadas de la Reserva Federal han salido al ruedo después del mega recorte del banco de la pasada semana. Para sorpresa de casi todo el mundo, ninguno ha cerrado la puerta a una nueva bajada de 50 puntos básicos de una tacada para la próxima reunión (7 de noviembre). Al mercado le ha faltado tiempo para descontar rápidamente las expectativas de un nuevo jumbo recorte. Ahora mismo, las probabilidades están al 50% entre un descenso simple y uno doble.

Jerome Powell se esforzó la pasada semana en sacar tablero los descensos salvajes en los tipos. Pero sus colegas de la Fed de Chicago, de Atlanta y de Minneapolis, han devuelto al terreno de juego el balón. Con la clásica jerga financiera, no han descartado esta posibilidad y han dado vueltas sobre la tasa de interés neutral, un tipo de interés teórico, y casi esotérico, que se sitúa en el punto exacto para que la economía crezca sin desequilibrios. El problema es que nadie sabe cómo calcularlo.

“En los próximos 12 meses, tenemos un largo camino por recorrer para llevar la tasa de interés a algo así como neutral para tratar de mantener las condiciones donde están”, ha explicado el presidente de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee.

Su preocupación ahora es garantizar que el mercado laboral se mantiene robusto, porque “los daños al empleo ocurren más rápido de lo que podemos arreglarlos” bajando tipos, ha advertido. “Si queremos un aterrizaje suave, no es realista esperar hasta que aparezcan los problemas, hay que ir por delante de la curva”. Y ha rematado: “El tipo de interés está a cientos de puntos básicos por encima de la tasa neutral“.

Ni Goolsbee ni ninguno de sus colegas se han mostrado a favor de repetir el recorte de medio punto realizado por el banco central el 18 de septiembre. Y se ciñeron al guion de Powell de ser dato dependiente.

La Fed calcula que la tasa neutral a largo plazo se sitúa al 2,9%, muy por debajo del actual rango entre el 4,75% y el 5%. Cada trimestre, la Reserva Federal publica su hoja de ruta oficial para los tipos de interés y en último término desvela las perspectivas de cada miembro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) para la tasa neutral. Como siempre, el resultado es muy disperso, pero sirve para hacer una idea de dónde deben terminar los ciclos.

Dentro de la serie de declaraciones de directivos de la Reserva Federal, Raphael Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, ha sido más cauteloso que Goolsbee sobre la rapidez con la que la Fed debería recortar, pero ha admitido que probablemente la Fed tenga que bajar los tipos para alcanzar los tipos neutrales. “No conozco a nadie que discuta plausiblemente la noción de que estamos a una distancia razonable por encima de ella“, ha señalado en otra conferencia.

Va a depender de los datos

Bostic ha advertido que no se debe asumir que se repetirá el movimiento de la semana pasada, pero ha añadido que “cualquier evidencia adicional de un debilitamiento material en el mercado laboral durante el próximo mes más o menos cambiará definitivamente mi opinión sobre cuán agresivo debe ser el ajuste de la política”.

El presidente del Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, Neel Kashkari, ha admitido que “Después de 50 puntos básicos, todavía estamos en una posición neta ajustada, por lo que me sentí cómodo al dar un primer paso más grande”, pero ha destacado que “a medida que avanzamos, espero que, en general, probablemente demos pasos más pequeños a menos que los datos cambien materialmente”.

Las declaraciones han movido mercado. El bono estadounidense a diez años ha pasado de rozar el 3,8% a marcar mínimos del día sobre el 3,73%. Y también se ha disparado las expectativas para el recorte de tipos del 7 de noviembre. El FedWatch Tool, que rastrea los swaps financieros que utilizan los inversores para cubrir sus posiciones sobre los movimientos en los tipos de interés, han comenzado a descontar un 50% de posibilidades de que el recorte sea de 50 puntos básicos. El viernes las probabilidades estaban en el 20%.

El próximo jueves será el turno de intervenciones públicas de Jerome Powell y de Michelle Bowman, el único miembro del FOMC que se opuso al jumbo recorte.

Fuente: Revista El Economista

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