Con muchas rotaciones, embotellado por el orden del rival y en un partido gris, el PSG no pasó del empate en su visita al Reims (1-1), y gracias a una aparición fugaz en la segunda parte de Ousmané Dembélé, que saltó al terreno de juego desde el banquillo para marcar un tanto que evitó la primera derrota del curso para el actual campeón.

El pleno de victorias en todas las competiciones, la última en la Liga de Campeones frente al Girona (1-0), no aseguró el éxito a los hombres de Luis Enrique, que se presentaron en el Stade Auguste-Delaune con la seguridad de pelear con garantías por su quinta victoria en la Ligue 1.

En la grada, contemplando las rotaciones de su entrenador, aparecieron lo también lesionados Donnarumma, Lucas Hernández, Kimpembe y Gonçalo Ramos. Y, sin toda esa ristra de jugadores importantes, el PSG saltó al terreno de juego con una buena parte de su alineación en la que aparecían algunos nombres de poco relumbrón.

El Reims, un rival incómodo e inmerso en la pelea por dar un salto de calidad para abandonar la zona tranquila de la tabla, llegó a la cita en plena ebullición, con dos victorias consecutivas en el bolsillo (ante Rennes y Nantes) y con ganas de dar la sorpresa ante su afición.

Muy ordenados atrás y con Ito al frente de las operaciones a la hora de contragolpear, el Reims sorprendió al PSG en la primera parte. Dejó pocos huecos, apenas cedió dos ocasiones a su rival y marcó en la única de la que dispuso para marcharse al descanso por delante del marcador.

Consiguió su gol gracias a la conexión japonesa Ito-Nakamoura, en la que un centro desde la banda derecha del primero sirvió al segundo para revolverse ante la pasividad de Marquinhos y fusilar a Safonov.

Apenas habían pasado diez minutos desde el inicio del choque y el Reims ya mandaba en el choque. La respuesta del PSG fue pobre y con pocos argumentos. Embarrado en la falta de verticalidad, apenas pudo empatar con un zurdazo desde el punto de penalti de Kang-in Lee y con un disparo de Doué. En ambos casos, respondió Diouf con dos buenas intervenciones.

Luis Enrique no agitó el banquillo hasta el minuto 65, cuando Dembélé saltó al terreno de juego para ocupar el hueco de Doué. Hasta entonces, la tónica del choque fue la misma: atasco del PSG y aguante del Reims, que acariciaba un premio muy goloso, el de propiciar al conjunto parisino su primera derrota del curso.

Entonces, la salida de Dembélé fue decisiva cuando a falta de veinte minutos para el final el ex jugador del FC Barcelona remató casi sin ángulo un centro envenenado de Joao Neves con el que consiguió superar a Diouf. A la tercera fue la vencida. El portero del Reims, ya no pudo salvar a su equipo y el PSG respiró tranquilo aunque no satisfecho.

La aparición de Dembélé permitió a su equipo sumar un punto. El PSG no perdió, pero tampoco convenció. No hizo más hasta el final. Ni siquiera murió en la orilla de la victoria porque el Reims no se lo permitió. Ahora, la ausencia de los tres puntos permitirá al Marsella gozar de una oportunidad de oro para igualar al equipo de Luis Enrique en la cabeza de la tabla: si gana al Lyon este domingo, ambos equipos compartirán liderato en Francia.

EC.

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