Los agricultores franceses aceleran desde este domingo el ritmo de sus protestas, que se incrementarán durante la semana, con un acento especial en el rechazo al acuerdo comercial UE-Mercosur y a sus “catastróficas” consecuencias.

Las protestas, que habían comenzado de forma esporádica en distintos lugares del país durante la semana pasada, ganarán fuerza en la tarde de hoy, con varios bloqueos en carreteras que dan acceso a París, antes de ganar amplitud mañana por todo el territorio.

En otros puntos de Francia se han anunciado las llamadas ‘operaciones caracol’, en las que los tractores obligan al tráfico a circular muy lentamente, o la retirada de los paneles de carreteras que informan de la entrada en municipios.

El martes, entre otras acciones, hay prevista una nueva acción de bloqueo en un peaje de autopista de Le Boulou, muy cerca del paso fronterizo con España por Le Perthus (sureste de Francia).

Aunque los agricultores franceses están descontentos con lo que consideran una insuficiente aplicación de los compromisos del Gobierno tras sus protestas de comienzos de año, la oposición al acuerdo de la Unión Europea con Mercosur capitaliza esta nueva oleada.

“Nos oponemos a la conclusión de acuerdos desequilibrados que pueden destruir una parte de la agricultura francesa, incluso si para algunos sectores podrían suponer una ventaja a corto plazo”, afirma el presidente del sindicato agrícola FNSEA, Arnaud Rousseau, en una entrevista que publica hoy La Tribune Dimanche.

Aunque el Gobierno francés, encabezado por el presidente Emmanuel Macron, ya ha asegurado que se opondrá por todos los medios a ese acuerdo y que buscará otros aliados en la UE, los agricultores insisten para que su protesta llegue a quienes toman las decisiones en Bruselas.

“Si finalmente perdemos esta batalla, sería algo catastrófico”, insiste Rousseau.

“Pedimos un marco común, normas y métodos de producción recíprocos, así como más claridad para el consumidor. Es una lucha vital para nosotros. Bruselas debe darse cuenta”, recalca.

El acuerdo de libre comercio con Mercosur fue finalizado en 2019 tras dos décadas de negociación pero aún no se ha firmado, aunque en los últimos meses ha habido un nuevo empuje para intentar relanzarlo.

En Francia y en otros países de la UE se acusa a ese acuerdo de “competencia desleal” en el sector agrícola, ya que permitiría la entrada en la UE de productos con condiciones fitosanitarias prohibidas en suelo europeo, por ejemplo el uso de hormonas en la cría de ganado vacuno.

Las protestas se aceleran mientras Macron se encuentra precisamente de gira por tres países de Sudamérica, dos de ellos miembros del Mercosur: Argentina y Brasil, mientras que la tercera etapa será en Chile.

En el plano doméstico, FNSEA considera que el Gobierno solo ha cumplido el 36% de los compromisos con el sector que sirvieron para poner fin a las protestas de comienzos de año.

En cambio el Ejecutivo asegura que la cifra alcanza el 67% y que la no puesta en marcha de las demás medidas se debe a las elecciones anticipadas de junio y julio, que frenaron el trabajo legislativo.

“Algunas de las promesas que se nos hicieron aún no se han concretado”, insistió Rousseau.

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