La reunión de política monetaria de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de esta semana, que se celebrará el jueves, no va a ser un encuentro al uso. Los miembros de la Fed van a tener que tomar una decisión sobre los tipos de interés sólo un día después de la fecha oficial de los comicios en Estados Unidos, y ya con el conocimiento de que Donald Trump será presidente durante los próximos 4 años. Sin embargo, al margen de los acontecimientos políticos el enfoque del banco central es claro, y se han encargado de repetir que ahora son “dependientes de los datos”, y con esto, se refieren al aspecto macro; según esto, el ruido político, o cualquier especulación sobre las medidas que pueda tomar el futuro gobierno de EEUU no va a pesar en la decisión de la Fed de esta semana, y tendrán que limitarse a mover ficha en función de los datos macroeconómicos recientes que se han publicado en Estados Unidos.
Con las últimas cifras de empleo y de inflación sobre la mesa, todo apunta a que la Fed va a moderar el ritmo de las bajadas de tipos hasta los 25 puntos básicos, después de recortarlos 50 puntos básicos en septiembre, en la prima bajada de tipos por parte del banco central en 4 años. En esa última reunión ya hubo reticencias a llevar a cabo un recorte de tipos tan agresivo, algo que quedó patente en la publicación de las actas del encuentro y las dudas habrán aumentado tras comprobar que la economía estadounidense sigue siendo fuerte, algo que ha quedado patente con la publicación del dato de deflactor del PIB del mes de octubre, y también del empleo.
Una reunión de paso, a la espera de nuevos datos
Para la Fed, ahora es importante no dar un giro brusco en su política monetaria, y eso probablemente va a desembocar en un recorte de tipos al uso, evitando así llevar a cabo una bajada ‘jumbo’ como la de septiembre. El encuentro de esta semana no es propicio para dar sorpresas a los mercados, teniendo en cuenta que se trata de una reunión en plena semana de elecciones en el país, y también que en esta ocasión la Fed no actualiza su cuadro de previsiones macroeconómicas, por lo que no tiene toda la información disponible sobre la mesa para poder tomar una decisión con fundamento. Teniendo todo esto en cuenta, la situación llama a un movimiento aséptico, sin grandes sorpresas, hasta que los datos económicos indiquen lo contrario. Y para no alarmar a los mercados, la Fed probablemente decidirá bajar los tipos 25 puntos básicos, y así cumplir con las expectativas actuales de los inversores.
Una vez pase el encuentro de esta semana, los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto de la Fed tendrán la vista puesta en diciembre: entonces actualizarán su cuadro de previsiones macroeconómicas, y su gráfico de puntos, y tomarán una decisión ya con la certeza de conocer con algo más de fundamento las políticas que trata de impulsar el nuevo presidente y hacia dónde estarán orientadas, algo clave para poder establecer la política monetaria más adecuada para el país.
Una vez se ha confirmado la victoria, el mercado se ha lanzado a vender bonos, anticipando políticas más inflacionistas, y ahora ya sólo se descuentan 3 recortes de tipos de 25 puntos básicos en los siguientes 11 meses, después de la bajada que se espera para esta semana.
El día antes de las elecciones el mercado descontaba un recorte de tipos de 25 puntos básicos esta semana, y un 50% de probabilidades de que hubiese otro del mismo calibre en el encuentro de diciembre. Si ese recorte se materializa, quedarían 3 bajadas más de 25 puntos básicos en el periodo entre enero y septiembre, un escenario que supondría bajar tipos una vez cada dos encuentros. Las expectativas de bajadas de tipos se han reducido durante el último mes, a medida que ganaba peso la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones, y el bono estadounidense repuntaba de rentabilidad hasta el 4,5% actual.
El mensaje de Powell de esta semana cobra especial importancia, ya que su discurso ayudará a anticipar hacia dónde se inclina el banco central, ya con el conocimiento de quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. Eso sí, en el pasado Jerome Powell ha mostrado ser un líder independiente, y es probable que mantenga esta actitud también durante los últimos años de su mandato, que terminará en 2026.
“La reunión de noviembre del FOMC no debería ser un acontecimiento. Las elecciones tendrán consecuencias mucho mayores para los mercados en general, e incluso para la trayectoria de la política de la Reserva Federal”, explican desde Bank of America. Es cierto que las promesas electorales de Trump generarán más inflación que las que presentó Harris, pero la Fed deberá ver hechos, y sobre todo, impacto real en la economía, y no programas, antes de tomar sus decisiones de tipos.
Otros analistas también confirman este escenario, de tranquilidad temporal, como el más probable esta semana. “Los datos macroeconómicos más recientes sugieren que la economía está evolucionando mejor de lo esperado, junto con una tasa de inflación ligeramente superior a la prevista. En línea con esta evolución, el mercado ha ajustado progresivamente sus expectativas hacia una Fed menos agresiva, con un tipo de interés final que se espera que sea algo más alto”, explica Erik Weisman, economista jefe de MFS Investment Management.
“Los datos que hemos conocido a lo largo del mes en materia de crecimiento y empleo dan argumentos adicionales a la Fed para “suavizar” el ritmo de bajadas”, explica Cristina Gavín, jefa de renta fija de la gestora Ibercaja Gestión. “En este entorno, y con todos estos factores en mente, apostamos por una bajada de 25 puntos básicos por parte de la Reserva Federal que dejaría el tipo de intervención en el rango 4.50%-4.75%. Habrá que esperar a diciembre para ver una posible nueva bajada de 50 puntos básicos, aunque siempre que la coyuntura lo permita y las presiones inflacionistas sigan cediendo. La Fed, al igual que el BCE, está optando por tomar sus decisiones reunión a reunión, en función de los datos, sin comprometerse a priori a ningún movimiento”, confirma Gavín.
“Los datos económicos de EE.UU. han sorprendido al alza desde la reunión de septiembre, mientras que la creciente probabilidad de una victoria de Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos ha contribuido a la reciente venta masiva de bonos”, destaca Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors. Esta posibilidad, finalmente se ha materializado.
Trump amenaza las bajadas de tipos
En las últimas semanas muchos analistas han avisado de la posibilidad de que la Fed no pueda bajar los tipos tanto como se ha propuesto si Donald Trump termina ganando las elecciones presidenciales, y especialmente, si a su victoria le acompaña un triunfo republicano en las cámaras de representantes. Nannette Hechler-Fayd’Herbe, CIO de Lombard Odier, lo explicó a elEconomista.es en una entrevista a principios de octubre.
“Es probable que una victoria del expresidente Trump sea percibida como el inicio de inflacionista, mientras que una victoria de la vicepresidenta Harris se considere más alineada con el statu quo. Aunque es poco probable que la Fed reaccione de inmediato a los resultados electorales -excepto en el caso de unas elecciones disputadas-, el mercado podría interpretar estos resultados de manera distinta”, explica Weisman.
Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, confirma este escenario a futuro, y descarta que la Fed vaya a poder tomar nota o adaptarse a los resultados de las elecciones esta misma semana: “No creo que la Fed pueda ajustar sus planes de tipos debido a las elecciones. Más bien, esperaría que la Fed sólo cambiara su trayectoria de tipos si se impusieran aranceles y pareciera probable que aumentaran las tasas de inflación”, comenta.
Fuente: Revista El Economista