La competitividad de la industria europea se articula como una de las grandes conversaciones en Bruselas para no perder la carrera con Estados Unidos y China. Los informes encargados a los exprimeros ministros italianos, Enrico Letta y Mario Draghi sientan las bases para fijar la estrategia de la UE. Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona emitirán este lunes una declaración política que, lejos de apuntar a medidas concretas, establecerá las prioridades para movilizar capital, también privado, en los próximos años.

Los subsidios de los que Pekín y Washington han dotado a su industria, en el último caso a través de la enorme partida que albergaba la Ley de Reducción de la Inflación, todavía carecen de respuesta por parte de la UE. Los ministros de Economía del euro emitirán una declaración conjunta que enfatizará la necesidad de cerrar la brecha con Estados Unidos, teniendo en cuenta los 800.000 millones de euros anuales en los que cifraba Draghi las necesidades de inversión.

Pero parece que los líderes de la UE serán más ambiciosos que el Eurogrupo. Se reunirán en Budapest, a finales de semana, para abordar la competitividad europea. Se espera que su declaración final vaya más allá que la de este lunes, tratando en mayor profundidad en el debate sobre financiación pública y privada. Su declaración detallará que el próximo presupuesto europeo debe ser una herramienta para financiar la competitividad, dará al Banco Europeo de Inversiones un papel clave para este empeño y abogará por instrumentos de inversión comunes, apuntan fuentes del Gobierno a elEconomistaes.

A efectos prácticos, el plan del expresidente del Banco Central Europeo planteaba que, para salvar la economía de la UE, será necesario elevar la inversión anual al 5% del PIB y abría la puerta a una nueva emisión de deuda conjunta para tal fin. En este escenario, los titulares de Economía delinearán en qué casos se requiere una respuesta en términos de política económica a nivel coordinado entre los países.

El Eurogrupo enfatizará la necesidad de una mejor coordinación entre los mercados energéticos de los Estados miembro, un punto que se antoja crucial para la competitividad del bloque y en el que ya incidía Letta en su informe. La idea es que los altos precios de la energía en la UE socavan la competitividad industrial frente a otros competidores. Por ello, se hace necesario mejorar la resiliencia de este sector en un momento en el que se ejecuta una transición hacia las energías limpias.

El margen fiscal, sin embargo, continúa siendo limitado. Cabe recordar que el Eurogrupo llamaba a una política fiscal contractiva el pasado julio. La conversación entre los ministros de Economía del euro abordará cómo movilizar el capital privado para financiar las prioridades comunitarias, desarrollar la unión de mercados de capitales y afrontar una mayor integración de los mercados energéticos.

Todo ello requiere de una mayor participación del capital privado, pero también de un marco abierto que siga las normas fijadas por la Organización Mundial del Comercio y evite mirar a otro lado ante las prácticas comerciales desleales emprendidas por otros socios, como es el caso de China. Un punto en el que cabe recordar que la semana pasada la UE empezó a aplicar aranceles de hasta el 35,3% a las importaciones de vehículos eléctricos chinos para los próximos cinco años.

Una de las bases para poder movilizar esta necesidad de inversión en el bloque es culminar la unión de mercados de capitales. En su informe, Letta abogaba por una versión evolucionada del proyecto que bautizaba como unión de ahorro e inversión. La fuga de capital a Estados Unidos ante un mercado fragmentado en la UE es uno de los factores que, según identificaba, minan la competitividad del bloque.

Es en este contexto que los ministros de Economía de la zona euro volverán a debatir sobre este aletargado proyecto. Una integración para la que el propio Letta considera que nunca ha habido “tanto impulso en los últimos quince años”. La fórmula que planteaba España en el último Eurogrupo en Luxemburgo es una integración a varias velocidades.

Una integración a varias velocidades

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, propuso en octubre a sus homólogos europeos que un grupo de países tomaran la avanzadilla y comenzaran unión de mercados para que, otros más rezagados, pudieran irse sumando en las siguientes etapas. España lo llamaba laboratorio de competitividad y abogaba por que un mínimo de tres países formara parte de este “mecanismo innovador”. La iniciativa contaría con la ayuda de la Comisión Europea para que sea un laboratorio controlado. La mayoría de los países mostraron una buena acogida, según fuentes del ministerio de Economía.

Fuente: Revista El Economista

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