La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, anunció este miércoles “una subida de impuestos de 40.000 millones de libras” (unos 50.000 millones de euros), en su presentación del primer presupuesto del nuevo gobierno laborista, debido al “agujero” heredado del anterior ejecutivo conservador.
Reeves dijo que estos incrementos son imprescindibles para eliminar el déficit presupuestario de 22.000 millones de libras (26.340 millones de euros) heredado de los conservadores y cumplir con otras promesas previas que no estaban financiadas.
Según anunció, a partir de abril se subirá del 13,8 al 15 % la contribución a la seguridad social de las empresas -y se rebajará el umbral salarial al que empiezan a pagarla-, con lo que espera recaudar eventualmente 25.000 millones de libras (casi 30.000 millones de euros) anuales.
“Es una decisión difícil, pero es la correcta”, afirmó la ministra, que adelantó que reducirá un 40 % las tasas sobre los locales comerciales del sector minorista, ocio y hostelería, con una reducción del impuesto sobre las bebidas alcohólicas de barril.
Ganancias de capital
También subirá el impuesto sobre las ganancias de capital, que se incrementará del 10 al 18 % en su banda inferior y de un 20 a un 24 % en la alta, si bien en el caso de la venta de viviendas se mantendrá invariable en los actuales 18 y 24 %.
“Pese a esto, (el impuesto sobre las ganancias de capital) seguirá siendo el más bajo de cualquier país europeo del G7 (economías más desarrolladas)”, aseguró.
Reeves dijo que subirá al 38 % la tasa sobre los beneficios de las empresas de hidrocarburos, pero congelará el impuesto sobre la gasolina, uno de los puntos que suelen ser controvertidos por afectar a los trabajadores.
Entre las nuevas inversiones, destinará 2.900 millones de libras (3.475 millones de euros) para el presupuesto de defensa, de cara a llegar a un 2,5 % del producto interior bruto (PIB), con 3.000 millones (3.600 millones de euros) adicionales en apoyo militar para Ucrania.
Fuente: dw.com