Los titulares son ciertos y no. Muchos dicen que China sorprendió al registrar un crecimiento del 4,6% interanual en el tercer trimestre del año, cuando las previsiones del mercado estaban en torno al 4,5%, según los datos publicados este viernes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE). También es cierto que esto le acerca a su objetivo de cerrar el año con una expansión del PIB del 5%. Pero también es cierto que estos datos muestran el crecimiento más lento en seis semestres de la segunda economía más grande del mundo.
La perspectiva hace ver que el gigante asiático está en su peor momento económico, marcado por una demanda interna muy tibia y un sector inmobiliario que está sumido en una profunda crisis que lastra la economía del país.
Los economistas de Bloomberg, Chang Shu y Eric Zhu, aseguraron en una nota que a pesar de que las cifras principales “sean más fuertes de lo esperado” sobre el crecimiento del PIB en los meses de verano y que la actividad haya sido más fuerte en septiembre “no significan que la economía de China esté mejorando”.
Es cierto que el crecimiento de la producción industrial se aceleró de manera notable hasta el 5,4% interanual durante el mes de septiembre, frente al 4,5% de agosto, lo que superó con creces las expectativas del consenso que hablaban de una expansión del 4,5%. Las ventas minoristas, gracias a las vacaciones de la Semana Dorada, también se incrementaron, sobre todo en el gasto de electrodomésticos, cuyas ventas aumentaron un 20,5% interanual, desde el 3,4% de agosto.
Lo que sí mostró cierta debilidad fue el gasto en bienes de lujo como joyas y cosmética, “lo que hizo que el crecimiento de las ventas minoristas se mantuviese muy por debajo de la tendencia previa a la pandemia”, aseguraron los economistas de Bloomberg.
“El oro y la joyería cayeron un 7,8%, los cosméticos un 4,5% y las prendas de vestir un 0,4%. Todos se mantuvieron en contracción interanual. Las categorías relacionadas con la propiedad, como los muebles (0,4%) y los materiales de construcción (-6,6%), continuaron mostrando debilidad en medio de las dificultades del mercado inmobiliario”, aseguró el jefe de Economía de la Gran China de ING, Lynn Song, en una nota este viernes.
El incremento de las exportaciones fue un punto a favor durante los primeros ocho meses del año, impulsado sobre todo por el sector del automóvil, los semiconductores y los dispositivos electrónicos. Pero el aumento de envíos se ralentizó de manera inesperada al 2,4% interanual en septiembre, un avance mucho más lento del que se registró en abril y una caída de 6,3 puntos porcentuales con respecto al mes de agosto.
Está claro que China está en crisis y está muy lejos de llegar a registrar un crecimiento de doble dígito como lo hacía años atrás. Pero en el mes de marzo, el primer ministro, Li Qiang, anunció que el objetivo de crecimiento para 2024 sería “alrededor del 5%”, algo que los mercados calificaron de “muy ambicioso”. Pero Lynn Song dijo que con los datos del tercer trimestre, el PIB de China se sitúa ahora en el 4,8% interanual durante la primera mitad del año, por lo que sí que está cerca de dicho objetivo.
“El ritmo de las cifras del tercer trimestre mantiene a China a una distancia sorprendente para alcanzar su objetivo de crecimiento para todo el año ‘alrededor del 5%’ y requiere una tasa de crecimiento del cuarto trimestre ligeramente menos impresionante de lo que se esperaba anteriormente”, escribió.
La semana pasada, el Ministerio de Finanzas de China anunció en rueda de prensa un plan de estímulo al crecimiento del país con un paquete de medidas fiscales para ayudar a los gobiernos locales y regionales a poder hacer frente a su abultada deuda y así apoyar a los mercados de tierras y viviendas.
Al mismo tiempo, el Banco Popular de China (PBOC por sus siglas en inglés) anunció el 24 de septiembre una serie de medidas de estímulo que incluían recortar el coeficiente de reservas obligatorias de los bancos en 50 puntos básicos, reducir los tipos de interés de las hipotecas y reducir los índices de pago inicial para los compradores de segundas viviendas. En sí, todos son estímulos para favorecer el consumo e incrementar la demanda interna del país que está por los suelos.
Estas medidas de estímulo alentaron al mercado, hasta el punto de que Goldman Sachs revisó al alza en dos décimas sus proyecciones de crecimiento para este año y el próximo. Prevén que el PIB se expanda un 4,9% -cerca del objetivo del 5% del Gobierno-, frente a su anterior pronóstico del 13 de octubre del 4,7%. Para 2025, elevaron del 4,3% al 4,7% la expansión de la economía del gigante asiático.
De cara al futuro, el consenso prevé que el gasto fiscal siga aumentando. Ya a inicios de año, el ministro de Finanzas, Lan Foan, aseguró en una entrevista en el Diario del Pueblo que incrementarían el gasto fiscal. En este sentido, Chang Shu y Eric Zhu, explican que se espera que la economía se acelere, pero “sólo gradualmente”. Explican que probablemente el Gobierno invertirá más proyectos para acelerar la inversión en lo que queda de año. “El apoyo a los promotores inmobiliarios de una “lista blanca” ampliada puede reactivar algunos proyectos de vivienda del sector privado”, explican.
Pero los expertos advierten que, a medida que el invierno se acera, “se estrecha la ventana para que la construcción proporcione un gran impulso al crecimiento hacia fin de año”. Por otro lado, explican que el Gobierno está poniendo bastante énfasis con un plan renove de electrodomésticos en los hogares y equipos de fábrica en las empresas, lo que puede alentar al consumo y la inversión, pero “la escala modesta limitará el impulso económico”.
“Estimamos que el deflactor del PIB se situó en -0,6% en el tercer trimestre de 2024, un ligero aumento respecto del -0,7% del segundo trimestre de 2024, pero ampliando la serie de lecturas deflacionarias a un sexto trimestre consecutivo. Junto con el IPC básico de septiembre (0,1% interanual) alcanzando su nivel más bajo desde febrero de 2021, el deflactor muestra que los funcionarios tienen mucho trabajo por hacer para extinguir los riesgos deflacionarios”.
Lo que está claro es que la economía china podría haber tocado fondo este año y el próximo empezar la remontada, pero lejos de los índices de crecimiento previos a la pandemia de la Covid 19. Con todo, todavía queda esperar a los resultados de las elecciones de Estados Unidos y las decisiones que tome la próxima persona que habite la Casa Blanca con respecto a la guerra arancelaria.
Fuente: Revista El Economista