La economía china arrancó 2025 con datos económicos poco favorables. El último, el índice de gerentes de compras del sector manufacturero (PMI) que entró en el mes de enero en terreno contractivo, al situarse en los 49,1 puntos, frente a los 50,1 de diciembre. Así lo publicó este lunes la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Esta cifra pone fin a una racha de tres meses en los que este indicador se mantuvo por encima de la marca de los 50 puntos, que determina si el sector está en contracción o en expansión. Estos resultados no alcanzaron el pronóstico establecido por en consenso, que esperaban que cayese en terreno expansivo.
Esta ‘decepción’ en la actividad fabril del país solo sirve para confirmar, junto a la serie de datos que se han ido publicando en lo que va de año, que el apoyo fiscal que está llevando a cabo el Gobierno para activar la economía sigue siendo débil. En 2024, las empresas que conforman el tejido industrial de China reportaron, por tercer año consecutivo, una caída de las ganancias debido a la presión deflacionaria que persiste en el país. Todo ello a pesar del programa de subsidios para la compra de bienes de consumo y maquinaria, que produjeron un pequeño repunte de las ganancias de 2024.
En concreto, según el índice de beneficio industria, publicado también este lunes, apuntan a una caída del 3,3% en 2024, empeorando la caída del 2,3% del año anterior. Eso sí, hay que destacar un repunte del beneficio industrial del 11% en diciembre de 2024, lo que revierte la caída del 7,3% de noviembre. Esto se debe, en parte, gracias a esas medidas de estímulo que introdujo Pekín en el último trimestre del año pasado.
La producción y la demanda se desaceleraron “debido a que los trabajadores regresaron a casa para las vacaciones del Año Nuevo Lunar”, aseguró un estadístico de la ONE, Zhao Qinghe. Estas vacaciones arrancarán este mismo miércoles 29 de enero y durarán hasta el próximo 4 de febrero. Es uno de los períodos vacacionales más amplios del gigante asiático.
Pero los economistas de Bloomberg, Chang Shu y Eric Zhu señalan que esto es más que “una caída estacional típica del Año Nuevo Lunar”. Ambos expertos apuntan a una desaceleración brusca del sector servicios, “en contra de beneficiarse de la demanda relacionada con las vacaciones”.
En el desglose, el subíndice de producción cayó a los 49,8 puntos en enero, desde los 52,1 del mes anterior. Por su parte, los nuevos pedidos totales pasaron de los 51 puntos hasta los 49,2 en enero y, finalmente, los nuevos pedidos de exportación registraron unos 46,4 puntos, en comparación con los 48,3 de diciembre.
El economista de Pinpoint Asset Management, Zhiwei Zhang, aseguró en declaraciones recogidas por Wall Street Journal, que esta desaceleración en el sector secundario se puede deber “a una demanda externa más débil, ya que el índice de exportación está en su nivel más bajo desde marzo del año pasado”.
Estas cifras “sorprendentemente débiles”, señalan los economistas de Bloomberg, indican “la urgencia de un mayor apoyo político”. En este sentido hablan de la “flexibilización monetaria” como “clave” en el mes de febrero. Por otro lado, el período de “calma” en la política fiscal, prevén que dure hasta el mes de marzo, “cuando esperamos que el gobierno anuncie importantes iniciativas de gasto”.
Varias fuentes próximas al Gobierno, citadas por Reuters, aseguran que las autoridades en Pekín se habrían fijado un objetivo de crecimiento para este año del 5% y un aumento del gasto que elevaría su déficit hasta el 4%.
Por su parte, a finales de 2024 el Politburó, compuesto por 24 miembros, acordaron mantener esa política monetaria “moderadamente laxa”, lo que marca un primer cambio de rumbo en 14 años. Por otro lado, también prometieron herramientas fiscales “más proactivas”. El déficit al 4% sería la tasa más elevada desde la reforma fiscal que emprendieron en el año 1994, y supondría romper con la norma establecida por las autoridades chinas de limitarlo al 3%.
El año pasado, la prioridad del gasto público fue a parar a las infraestructuras y el bienestar social. Para este año, los expertos apuntan a que habrá un giro en esas políticas y se centrarán, sobre todo, en el consumo. “El PMI, por supuesto, ha hecho que el estímulo fiscal sea una prioridad aún más importante, ya que la recuperación ha seguido siendo frágil”, señaló Michelle Lam, economista de la Gran China de Société Générale.
Por su parte, Zichun Huang, economista para China de Capital Economics apunta a cierto escepticismo con respecto al estímulo: “dudamos de que brinde más apoyo a corto plazo dado los vientos en contra estructurales que pesan sobre la economía”, asegura. Asimismo, advierte del aumento de los aranceles que Donald Trump pretende imponer las exportaciones chinas, lo que hará más complicado recuperar la demanda externa.
Mientras tanto, el PMI relacionado con los servicios y la construcción, cayó desde el 52,2 en diciembre al 50,2 en enero. El sector de los viajes obtuvo un fuerte impulso debido a las vacaciones del Año Nuevo, también la restauración y el hotelero, apuntaban desde la ONE. Pero esto no fue suficiente, ya que las comunicaciones o los servicios financieros fueron bastante débiles en enero.
Asimismo, el sector de la construcción también funcionó a medio gas el pasado mes. Dicen desde la oficina de estadística que se debe, precisamente, a las vacaciones y “al clima frío”. Aunque hay que recordar que el sector inmobiliario chino lastra una crisis desde la salida del Covid en 2022.
Fuente: Revista la Economista