El Milan sobrevivió este domingo ante el Parma (3-2) en San Siro, gracias a la épica, a una remontada en el tiempo añadido de un partido gris de los de Sergio Conceicao, otra vez incapaces de imponer ningún tipo de orden y autoridad ante equipos de la zona media de la tabla.
A este Milan parece quedarle solo la épica. Es a lo único a lo que se agarra para mantenerse a flote. Lo hizo en la Supercopa de Italia y acabó ganando. Y ahora ante el Parma con un arreón final después de ponerse por debajo en el minuto 80 del partido. Tijjani Reijnders primero y Samu Chukwueze después, en un intervalo de apenas 3 minutos entre el 92 y el 95, desataron la euforia y acercaron a su equipo a las plazas de Liga de Campeones.