Donald Trump no va a disparar la pistola de los aranceles en el primer día, como se temía. El nuevo presidente de EEUU ha aplazado el inicio de la guerra comercial con China, junto a México y Canadá. Según adelantó el Wall Street Journal y Bloomberg, Trump ordenará poner en marcha una comisión para estudiar las medidas más apropiadas contra esos tres países, abriendo la puerta a negociaciones.
Así, la noticia de que el presidente esperará antes de desatar una guerra económica ha debilitado al dólar un 1,2%, ante las esperanzas de que podrá haber un acuerdo económico con Xi Jinping. Según Bloomberg, el equipo de Trump tiene como objetivo una reunión entre ambos líderes para negociar. Hasta ahora, Trump había hablado de imponer aranceles del 20% a todos los países extranjeros y del 60% a China.
Nada más conocerse la noticia, el petróleo cayó un 2% y los futuros de Wall Street, que hoy está cerrado por ser el día de Martin Luther King, saltaron casi un 1%. Esto, unido a la caída del dólar, apunta a que los mercados han recogido con esperanzas la posibilidad de que la sangre no llegue al río.
En su discurso de victoria, Trump dejó claro que los aranceles siguen estando en su cabeza: “En vez de poner impuestos a nuestros ciudadanos, pondremos aranceles a los países extranjeros para enriquecernos nosotros”, una medida que preocupa a empresas, mercados y expertos. En realidad, los aranceles los pagarían los propios ciudadanos estadounidenses, a través de precios más altos. De todas formas, ha prometido instaurar una “Agencia de Ingresos Externos” para recaudar todos los aranceles y tasas aduaneras que prevé implantar.
Trump aprovechó su discurso de victoria para declarar hoy como el “Día de la liberación de EEUU” y asegurar que “Dios me salvó la vida para que pudiera hacer EEUU grande de nuevo”. Y repitió algunas de las frases más polémicas de estos días, como la necesidad de reconquistar el Canal de Panamá porque, en su opinión, “China está operando el canal”, y la de “expandir nuestro territorio”, una referencia a sus planes para hacerse con Groenlandia o Canadá.
Además, anunció la declaración de una “emergencia energética” para seguir explotando los recursos de crudo del país. “Vamos a perforar” y “vamos a exportar la energía de Estados Unidos al mundo”, aseguró ante los asistentes al acto de toma de posesión. Esto significa que va a cumplir con su promesa de apoyo tácito al sector de los combustibles fósiles.
Fuente: Revista El Economista