Poco a poco, Argentina está más cerca de abandonar los controles cambiarios y los parapetos que aún protegen una economía y unas finanzas extremadamente débiles. Hace pocos días, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicaba un denso informe de supervisión sobre la economía argentina en el que destacaba que la nueva administración había logrado aplacar el inminente riesgo de hiperinflación gracias unas políticas basadas en el equilibrio fiscal y la reestructuración del balance del banco central (que generaba un elevadísimo déficit cuasifiscal). Con todo, la inflación ha pasado del 25% mensual de diciembre de 2023 al 2,7% de diciembre de 2024, un dato publicado hace escasas horas. El Gobierno de Milei y el banco central quieren devolver cuanto antes la normalidad a las finanzas argentinas y han anunciado un nuevo paso que acerca al país al fin del cepo cambiario, que impone controles de capitales a familias y empresas.

El Banco Central argentino anunció este martes una reducción del ajuste mensual de la cotización oficial del dólar, que a partir de febrero se reducirá del 2% al 1%, tras conocerse que la inflación de diciembre se ubicó en el 2,7% intermensual. No obstante, la inflación interanual ha pasado de más del 200% al 117%, un descenso de más de 80 puntos porcentuales en un periodo muy corto de tiempo. “En consideración de la consolidación observada en la trayectoria inflacionaria durante los últimos meses, y en las expectativas de baja de la inflación, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) establece un nuevo sendero de desplazamiento de 1% mensual para el tipo de cambio, comenzando el 1° de febrero de 2025″, informó el Banco Central en un comunicado.

Hasta este movimiento, la depreciación automática del peso era del 2%. El objetivo es ir acercando poco a poco al peso a su tipo de cambio real (el que marca el mercado), en lugar de mantener un peso artificialmente inflado con el uso de las escasas reservas del banco central de Argentina. Pese a todo, los expertos creen que el peso sigue estando sobrevalorado respecto al dólar, por lo que aún queda trabajo por hacer.

El texto señala además que “en un contexto de recuperación de la actividad económica y aumento estacional de precios, tanto la inflación de los últimos meses como las observaciones de alta frecuencia confirman una inflación observada a la baja y por debajo de las expectativas relevadas en el mercado”.

“El ajuste para el tipo de cambio continúa cumpliendo el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación”, concluyó el documento, que fue compartido por el presidente argentino, Javier Milei, en sus redes sociales. La variación en el tipo de cambio oficial impacta tanto en los precios de bienes que se exportan como en los que se importan y en los fabricados en Argentina con insumos importados, por lo que tiene un impacto directo en la tasa de inflación.

En enero de 2024, el Banco Central había impuesto una tasa de ajuste mensual del tipo de cambio mensual del 2%, con miras a reducirla una vez que disminuyera la inflación. Este martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó las cifras de inflación del último mes de diciembre, que se ubicaron en un 2,7% de variación intermensual, que llevó a la inflación acumulada de 2024 al 117,8%, muy por debajo del 211,4% registrado en 2023.

Un informe técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Argentina publicado la semana pasada destacó que el régimen de paridad móvil (crawling peg) del 2% mensual ayudó a contener la inflación, aunque la acumulación de reservas cambiarias se desaceleró y la brecha se amplió al 50% a mediados de 2024. “La presencia de amplios controles cambiarios y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta podrían dificultar la acumulación continua de reservas”, subrayaron los técnicos del Fondo. Cabe recordar que Argentina está negociando un nuevo préstamo con el FMI.

Además, el FMI destacaba el importante cambio de la economía y las finanzas de Argentina: “Es importante destacar que el programa económico implementado desde diciembre de 2023 fue completamente diseñado y ejecutado por las nuevas autoridades, sin ningún apoyo financiero adicional ni asistencia técnica del FMI. Al asumir el cargo, las nuevas autoridades se enfrentaron a un inminente episodio de hiperinflación y una depresión económica. En respuesta, se implementó un programa integral de estabilización que incluyó políticas fiscales, monetarias, sociales, de financiamiento y microeconómicas”, señala el informe. Los recortes han venido de la mano de una mayor desregulación de la economía, la creación de incentivos para la inversión de las empresas a largo plazo y la generación de certidumbre económica y jurídica que allanan el terreno al crecimiento. Con todo, la pobreza cayó en el país, según el último dato, al mismo tiempo que la economía repuntaba un 3,9% interanual.

“Aunque se ha establecido que el ajuste fiscal sin precedentes, que fue la base sobre la que se construyó el programa, cada uno de sus componentes fue esencial para su éxito. Si alguna de sus partes constitutivas hubiera estado ausente, es muy probable que Argentina hubiera enfrentado hiperinflación y una contracción económica sin precedentes”, asegura el informe del FMI.

El fin del cepo se acerca

Milei apunta al eventual levantamiento de las restricciones cambiarias -que por años han supuesto una traba pesada para el normal funcionamiento de la economía argentina-, algo que es visto, a su vez, como un paso previo para el plan del presidente de instaurar un sistema de libre competencia de monedas en el país suramericano.

Desde la agencia Bloomberg señalan que, además, la popularidad de Milei sigue siendo muy alta de cara a las elecciones de mitad de mandato que se celebrarán en octubre, en gran medida porque redujo la inflación anual y mantuvo el tipo de cambio relativamente estable. Los argentinos tienen una actitud cada vez más positiva respecto de la economía bajo su dirección, pero cualquier cambio en la política monetaria corre el riesgo de avivar la inflación y poner en peligro la posición de su partido ante los votantes.

Su gobierno había mantenido el tipo de cambio móvil en el 2% mensual a pesar de que la inflación superaba esa cifra. Si bien los mercados aplauden en general otros logros económicos de Milei, los economistas dicen que la política monetaria mantiene aún sobrevalorado el peso, una receta que bajo gobiernos anteriores llevó a devaluaciones abruptas y agitación política.

Fuente: Revista El Economista

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