La reunión de diciembre del Banco Central Europeo ha terminado llevando a los mercados a confirmar sus expectativas de que el banco central baje los tipos 50 puntos básicos en el encuentro de enero. Aunque los inversores no están comprando el recorte con una altísima probabilidad, sí que es el escenario más probable, si se analizan los swaps de tipos de interés. Hay quien puede haberse sorprendido por el cambio de mensaje que ha lanzado el BCE, al retirar de su discurso oficial la referencia de que los tipos deben seguir “en terreno restringido”, pero el nuevo posicionamiento del banco central encaja con el último mensaje que ha lanzado Philip Lane, economista jefe del BCE, a principios de diciembre: Lane quiere volver a centrarse en los datos a futuro, y no en los ya pasados, y según este enfoque, hay un indicador que pide a gritos un recorte fuerte de tipos por parte del BCE. Se trata de las expectativas de inflación de largo plazo, también conocidas como swaps de inflación ‘5y5y’, un dato que confirma la victoria del BCE frente a las presiones inflacionistas, y permite al banco central plantearse bajadas de tipos agresivas en los próximos meses.
El giro en el mensaje oficial del BCE ha sorprendido a algunos analistas, y también generó un cambio rápido en las expectativas de recortes de tipos que mantienen los inversores, adelantando el recorte de 50 puntos básicos para la próxima reunión. Para justificar su decisión, Christine Lagarde, presidenta del BCE, pudo haber centrado su mensaje con un argumento que Philip Lane, economista jefe del banco central, ha lanzado a principios de diciembre: “Ha llegado el momento de que la política monetaria mire hacia adelante, y que escanee el horizonte para ver qué shocks pueden generar más o menos presiones inflacionistas”, señaló el economista jefe del BCE.
Esta orientación a futuro, que se basa en la idea de que el banco central debe usar los indicadores adelantados, y no los pasados, era la pieza clave que podría haber utilizado Lagarde para justificar el cambio de discurso del BCE, y más, teniendo en cuenta que el indicador fetiche de inflación de largo plazo, el swap de inflación ‘5y5y’, está pidiendo a gritos un recorte de tipos fuerte en la zona euro. Este indicador se ha hundido en las últimas semanas hasta caer por debajo del umbral del 2%, algo que no ocurría desde mediados del año 2022, y que confirma que, a largo plazo el BCE conseguirá cumplir su objetivo de inflación.
Si bien es cierto que el indicador de inflación de largo plazo ha remontado en los últimos días y vuelve a situarse por encima del 2%, el nivel del 2,03% que marca ahora contrasta con los que se han visto en los últimos años, en los que se ha movido por encima del 2,5% de forma habitual. Así, es la pieza que falta en el puzle del BCE para justificar un recorte de 50 puntos básicos, como espera el mercado.
El recorte ‘jumbo’ no está fuera de la mesa
Es posible que algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE se hayan centrado en este tipo de indicadores para plantear un recorte de 50 puntos básicos en la reunión de esta semana, siguiendo la recomendación de Lane, un miembro con un peso importante en el seno del banco central, y que recomienda, en cada encuentro de política monetaria, la decisión que debería tomar el Consejo, una guía que se suele cumplir a rajatabla. No hay que olvidar que la propia Lagarde ha reconocido esta semana que, en la reunión, se planteó la posibilidad de hacer un recorte ‘jumbo’, una posibilidad que finalmente fue descartada.
De hecho, François Villeroy de Galhau, el banquero central de Francia y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, ha reconocido este viernes que “las expectativas de recortes de tipos que mantienen los mercados parecen razonables”, y se abre a que el año que viene habrá “más recortes de tipos, en plural”, admitiendo que está “cómodo con las previsiones que mantienen los mercados financieros”, en referencia al recorte de tipos de 50 puntos básicos por el que apuestan los inversores en este momento.
En el seno del BCE parece haber ahora un debate entre halcones y palomas, con partidarios de recortes de 50 puntos básicos, y otros, los halcones, que prefieren que los tipos bajen a un ritmo más sostenido. De hecho, el propio jueves, la filtración del BCE a Bloomberg a última hora, que apuntó a recortes de tipos de 25 puntos básicos, y negaba su intención de bajarlos 50, parecía un intento de frenar en seco unas expectativas de recortes demasiado agresivas, lo cual puede ser una señal de falta de consenso entre miembros como Villeroy de Galhau, y otros más partidarios de mantener tipos altos.
A futuro, es posible que Lagarde esgrima la evolución de las expectativas de inflación de largo plazo para justificar un recorte de 50 puntos básicos en los tipos, pero por el momento se mantiene como un as en la manga. La búsqueda del tipo de interés neutral parece ahora la tarea más importante que mantiene el organismo, y el mercado, a través del indicador ‘5y5y’, está dando pistas de dónde se puede encontrar.
Fuente: Revista El Economista