Los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos chinos por prácticas de dumping han topado con respuesta por parte de Pekín, que ha iniciado investigaciones sobre la carne de cerdo, el sector lácteo y el brandy europeo. La réplica ha puesto en guardia al sector porcino en España, que se vería duramente afectado si el Ejecutivo de Xi Jinping opta por la imposición de tarifas adicionales. En esta coyuntura, la patronal catalana Foment del Treball llama a evitar una guerra comercial con el gigante asiático.

En una visita a Bruselas, el presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre, ha advertido del riesgo de incrementar las tensiones comerciales con Pekín. China constituye uno de los principales mercados exportadores de la carne de cerdo española, por valor de más de 1.183 millones de euros en 2023.

Las ventas de carne de cerdo al gigante asiático representan el 20% de las exportaciones sectoriales españolas. El presidente de Foment ha estimado de que el aumento de aranceles por parte de China, hasta los 10 euros por cerdo, podría conllevar unas pérdidas de 500 millones de euros anuales para el sector. Una amenaza que afectaría a 115.000 empleos en España que dependen de este sector.

Energía, tecnología y textil son los sectores que se verían más dañados por un tensionamiento de las relaciones con el gigante asiático, según analizó el presidente de Foment. Otros segmentos que experimentan tales repercusiones son los servicios financieros, automoción, turismo o las telecomunicaciones. Las empresas están preocupadas por las posibles implicaciones de la implementación definitiva de aranceles adicionales de hasta el 36% a las importaciones de coches eléctricos chinos por parte de Bruselas, avisa la patronal.

Fuente: Revista El Economista 

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