35 son las mujeres que han sido candidatas para la Vicepresidencia de Ecuador desde 1979

Desde el retorno de la democracia en 1979, 35 mujeres han sido candidatas a la Vicepresidencia de la República. De ellas solo una ganó: fue Rosalía Arteaga en 1996. Mientras que, en los siguientes años, los binomios integrados también por mujeres no tuvieron éxito y muy pocos llegaron los cinco primeros puestos.

La participación de las mujeres en las candidaturas pluripersonales se impulsó desde 1997 con la Ley de Amparo Laboral de la Mujer, con un porcentaje mínimo de 20 puntos sobre las listas, explica Mónica Banegas, directora del Observatorio de la Participación Política de la Mujer.

En el 2000, agrega, el extinto Congreso Nacional reformó la Ley de Elecciones aumentando al 30 % el porcentaje mínimo de representación de mujeres.

En cuanto a los binomios presidenciales, la obligatoriedad de la paridad (50-50) de hombres y mujeres está en vigor desde el 2020, cuando entraron en vigencia una serie de reformas al Código de la Democracia.

Toda esta legislación, coinciden exaspirantes a la Vicepresidencia consultadas por este Diario, ha sido positiva. Sin embargo, resaltan que la inclusión de las mujeres no solo debe apuntar a llenar casilleros, espacios o números, sino a una verdadera preparación en aspectos académicos, de liderazgo y hasta emocionales para enfrentar los machismos del sistema político ecuatoriano.

Algo de historia

La primera participación de una mujer para la Vicepresidencia fue en 1988. La dupla estuvo conformada por Ángel Duarte y Teresa Minuche, por el partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP), lista 4. Obtuvo 235.466 votos, quedó en el sexto puesto de nueve binomios.

En 1992 se candidatizaron Bolívar Chiriboga y Zoila Laad, por el Partido Liberal Radical Ecuatoriano (PLRE), lista 2. Este binomio quedó en el penúltimo lugar de once binomios, y obtuvo 32.820 votos.

En 1996 ya hubo dos mujeres candidatas. Una fue Rosalía Arteaga que acompañó a Abdalá Bucaram, por el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), lista 10; ambos ganaron la elección en segunda vuelta con 2′285.387 votos contra la dupla de Jaime Nebot y Diego Cordovez; con lo que ella se convirtió en la primera vicepresidenta del Ecuador.

El otro binomio que también incluyó a una mujer fue el de Freddy Ehlers y Rosana Vinueza, este consiguió 785.124 votos.

Arteaga asumió la presidencia solo por tres días después de la destitución de Bucaram; en su lugar subió Fabián Alarcón con la figura de presidente interino que no existía en la legislación ecuatoriana.

La exautoridad dice que este fue un histórico caso de violencia política de género en el país, pues, a su criterio, el único obstáculo que existió para no mantenerse en la Presidencia era ser mujer.

“Nadie cuestionó que el vicepresidente Osvaldo Hurtado asumiera el primer mandato cuando falleció Jaime Roldós; si en lugar de Hurtado hubiese estado una mujer probablemente le hacían el mismo problema que a mí. Asimismo, cuando cayeron Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez tampoco hubo cuestionamientos y los vicepresidentes asumieron por el tiempo que faltaba para terminar el periodo. En mi caso, me tocaba ser presidenta hasta el 2000″, cuenta la exvicepresidenta.

Ya para el 2002 hubo más mujeres en la carrea hacia la Vicepresidencia. De once binomios que se presentaron, hubo mujeres en tres de ellos: Rodrigo Borja y Eva García, por la Izquierda Democrática (ID), lista 12, consiguieron 638.142 votos; Osvaldo Hurtado y Gloria Gallardo, por el movimiento Patria Solidaria (MPS), lista 24, que obtuvo 49.043 votos; y, León Roldós y Dolores Padilla, como independientes, por la lista 40, que consiguieron 703.593 votos.

Para Gallardo ser candidata a la Vicepresidencia fue un “honor y un gran aprendizaje”; además, destaca que la representación de mujeres en cargos de alto nivel en la política sí inspira a otras, pero también es importante la formación de cada una de ellas.

“Participar es inspirador para otras mujeres siempre y cuando esa representación sea ética, solvente y destacada. Ir de relleno sin preparación alguna y, peor, incurrir en las mismas prácticas de muchos políticos, que en estos últimos tiempos han llegado a la degradación total, logra el efecto contrario… que es el rechazo a participar en política. Lo malo no puede inspirar jamás, las mujeres que están en política y en altos cargos de representación no pueden fracasar jamás ni dar mal ejemplo, porque eso sería acrecentar el criterio de que es mejor votar por hombres que por mujeres, tomando en cuenta que a los hombres les perdonan todo y a las mujeres no”, comenta.

En el 2006 aumentaron a cuatro las mujeres que fueron candidatas. Participaron: Jaime Damerval y Lida Moreno, por CFP, lista 4, que consiguieron 25.284 votos; Fernando Rosero y Susy Mendoza, por el PRE, lista 10, obtuvieron 113.323 votos; Carlos Sagñay y Jeannette Benavides, por Integración Nacional Alfarista (INA), lista 14, 13.455 votos; y, Lenín Torres y María Pareja, por el Movimiento Revolucionario de Participación Popular (MRPP), lista 28, lograron 15.357 votos.

Sin embargo, en el 2009 hubo una caída significativa en esa tendencia ya que de ocho binomios que se presentaron ese año solo una mujer participó. Fue Annabella Azín, que acompañó a su esposo, Álvaro Noboa, por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), lista 7. Obtuvieron 786.718 votos y quedaron en tercer puesto.

En 2013 se retomó la participación y seis mujeres fueron candidatas para la Vicepresidencia de ocho binomios: Pearl Boyes, por Sociedad Patriótica, lista 3, que alcanzó 578.875 votos; por segunda ocasión y sin éxito participó Azín por el Prian, lista 7, obtuvo 319.956 votos; Denny Cevallos por PRE, lista 10, sumó 105.592 votos; Marcia Caicedo por la Alianza Unidad Plurinacional de las Izquierdas (MPD-MUPP), lista 15-18, consiguió 280.539 votos; Inés Manzano por Movimiento Sociedad Unida Más Acción (SUMA), lista 23, obtuvo 335.532 votos; y, Ángela Mendoza, por el Movimiento Ruptura, lista 25, consiguió 112.525 votos.

En los comicios del 2017 no se mantuvo la participación, pues solo dos mujeres fueron candidatas: Iván Espinel y Doris Quiroz por PSP, lista 3, obtuvo 299.840 votos; y, Paco Moncayo y María Bustamante por la Alianza Acuerdo por el Cambio (ID-UP-MUPP), listas 12-2-18, consiguió 634.033 votos. En total hubo ocho binomios.

En el régimen de Lenín Moreno, dos mujeres llegaron a la Vicepresidencia de la República, pero por designación de la Asamblea Nacional, no por elección popular.

María Alejandra Vicuña fue designada como vicepresidenta luego de la destitución de Jorge Glas, quien fue procesado por corrupción en el caso Odebrecht. Luego, en diciembre del 2018, Vicuña renunció al cargo salpicada por denuncias de corrupción por cobros de diezmos, por lo que Otto Sonnenholzner la reemplazó.

No obstante, en julio del 2020 Sonnenholzner también dimitió y en su lugar fue nombrada María Alejandra Muñoz.

En las elecciones del 2021 participaron 16 binomios, la cantidad más alta de duplas presidenciales hasta la actualidad. De ellos, nueve tenían mujeres como aspirantes a la segunda magistratura. Son:

  • Martha Villafuerte que acompañó a Gerson Almeida por el Movimiento Ecuatoriano Unido, lista 4, obtuvo 160.572 votos.
  • Sofía Merino en dupla con Isidro Romero por el Partido Político Avanza, lista 8. Obtuvo 172.714 votos.
  • Narda Ortiz Roa acompañó a Carlos Sagnay de la Bastida por el Partido Fuerza Ecuador (FE), lista 10, lograron 26.524 votos.
  • María Sara Jijón junto a Xavier Hervas por la ID, lista 12, consiguieron 1′453.915 votos.
  • Virna Cedeño acompañó a Yaku Pérez por el Movimiento Unidad Plurinacional Pachakutik, lista 18, consiguió 179.8057 votos; Giovanny Andrade y Katherine Mata por Unión Ecuatoriana, lista 19. Obtuvo 20.245 votos.
  • Alexandra Peralta participó con Gustavo Larrea por Democracia Sí, lista 20, consiguieron 36.903 votos.
  • Verónica Sevilla junto a Guillermo Celi por SUMA, lista 23, 84.640 votos.
  • Ana María Pesantes, con Juan Fernando Velasco, por Construye, lista 25, lograron 76.349 votos.

Villafuerte comenta que su experiencia como excandidata fue enriquecedora a nivel profesional y social; sin embargo, considera que para actuar en el ámbito político es necesario una preparación emocional y aún más al ser mujer.

“Definitivamente hay que tener una preparación emocional muy fuerte, porque lanzarse a la arena política no es para cualquiera, es para valientes. Indiferente de la preparación académica que es muy importante tanto para hombres como mujeres, pero si hablamos específicamente de las mujeres, la preparación emocional es importante porque si una mujer va a lanzarse con una baja autoestima social o no lo suficientemente fuerte para aguantar una campaña electoral que viene con sacrificios, las críticas, los cuestionamientos… sino tienes el apoyo emocional para aguantarlo, cualquiera cae. Esa preparación es lo que realmente ha faltado”, subrayó.

Paridad en el 2023

Al llamado de las elecciones presidenciales y legislativas que se desarrollarán el próximo 20 de agosto, derivadas de la muerte cruzada aplicada por el presidente de la República, Guillermo Lasso, el pasado 17 de mayo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) en primera instancia no pretendía aplicar la paridad de género para el binomio presidencial.

No obstante, el órgano electoral tuvo que acoger la sentencia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) que falló a favor de aplicar la paridad de género en los binomios presidenciales, es decir, que estos se integren por una mujer y un hombre o viceversa en estos próximos comicios.

Por ello, las organizaciones políticas tuvieron una extensión del plazo para realizar sus procesos de democracia interna y así puedan reestructurar sus listas e incluyan en el binomio presidencial a una mujer. No obstante, de los ocho que buscarían la Presidencia, la mayoría decidióque las mujeres vayan por el segunda magistratura.

Las duplas que cuentan con mujeres son:

  • Verónica Abad acompaña a Daniel Noboa por la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), listas 4-35.
  • Linda Romero junto a Bolívar Armijos por el movimiento Amigo, lista 16.
  • Andrea González acompaña a Fernando Villavicencio alianza Gente Buena – Construye, lista 25.
  • Érika Paredes y Otto Sonnenholzner por la alianza Actuemos, listas 8-23.
  • Diana Jácome junto a Jan Topic alianza Juntos Triunfaremos, listas 1- 3-6.
  • Nory Pinela en dupla con Yaku Pérez por alianza Claro Que se Puede, listas 2-17-20.
  • Luz Marina Vega acompaña a Xavier Hervas por movimiento RETO, lista 33.

Ruth Hildago, directora de la Corporación Participación Ciudadana, destaca que es la primera vez que las candidatas no son de “farándula, del deporte o reinados” sino que hay perfiles profesionales en varias áreas.

“Todas son profesionales que tienen un título. Esto es importante, y hay que decirlo más allá de que estemos de acuerdo o no con las tiendas políticas que las han promocionado. Es un camino positivo que se está siguiendo, pero todavía hay que ver que se siga cumpliendo… las mujeres somos más del 50 % de la población por lo que deberíamos tener paridad en todo”, menciona.

Con esto coincide Arteaga, pues sostiene que las mujeres sí deben llegar a puestos altos, pero demostrando que son buenas para el cargo.

“Hay que demostrar que las mujeres somos buenas, honestas y capaces para dirigir un país. Tenemos que diferenciar que esta condición de mujeres no nos impide ser más pulcras o ser más honestas al momento de manejar los recursos públicos”, subraya.

Por otro lado, Villafuerte menciona que aunque la aplicación de la paridad de género es positiva, todavía se debe seguir trabajando para que haya una oportunidad coherente y real de la participación de las mujeres.

“De todos los binomios que se presentaron, solo un binomio lo encabeza una mujer. Tampoco se ha dado que dos mujeres participen en un binomio presidencial como antes sí se ha permitido dos candidatos varones. Si bien se pide espacios, no hay una coherencia en la oportunidad real de esto, tal vez es porque no se ha tomado en cuenta esta perspectiva que se pueden derivar de criterios como el apoyo económico de las organizaciones política, los cuales no quieren invertir en una figura femenina”, expresa.

Responsabilidad en los partidos

Ruth Hidalgo, de Participación Ciudadana, y las excandidatas Rosalía Arteaga y Gloria Gallardo señalan que la motivación y formación de las mujeres para participar en política debe surgir de los propios partidos políticos. Esto pasa, coinciden, por un cambio de cultura política.

Ante esto, Hidalgo explica que la participación política de la mujer históricamente ha sido un espacio reservado para los hombres que, por ende, complejiza que las mujeres lleguen a puestos de poder por el limitante estructural y cultural, pero también porque ha tardado la implementación de leyes normativas en el ámbito y por la falta de interés de las organizaciones políticas en impulsar cuadros femeninos.

“El ser candidata o llegar a puestos de decisión complicada para ellas, porque la ley antes no daba un ambiente habilitante normativo que obligue a los partidos políticos a tener estructuras femeninas y además porque los propios partidos políticos no se preocuparon en generar ni motivar carreras femeninas en la política, lo que ha hecho que se retrase la participación política de las mujeres”, manifiesta.

Por otro lado, Arteaga comenta que aunque se cumpla la cuota muchas veces estas candidatas no son elegidas, lo que muestra que los electorados no votan por las mujeres, más allá de la responsabilidad de las tiendas políticas.

“El que no hayan habido muchas mujeres electas carga mucho en los partidos políticos, pero también en la sociedad que no escogen mujeres. Muchas veces han habido mujeres que no hay sido elegidas, yo creo que también hay responsabilidad y todavía mucho machismo culturalmente hablando en la sociedad ecuatoriana. Y, además de las leyes lo más importante son los cambios culturales y esos vienen a través de la educación, ahí todavía falta transitar mucho para llegar a tener una sociedad equilibrada, que las mujeres respaldemos a las mujeres”, indica.

Con esto coincide Gallardo que menciona que escoger a una mujer es “una forma de mostrar que hay una valoración entre las mismas” y que si es bien escogida puede ayudar al candidato.

“En general, el ciudadano vota por el presidente y si tiene un binomio mujer ganan los dos. Nuestra cultura es machista y no existe todavía esa certeza de escoger a una mujer para la Presidencia. Y, como el vicepresidente o vicepresidenta no tiene funciones, salvo las que le asigne el primer mandatario; en el momento de la votación la certeza es votar por el primero. Si sale la candidata bien y sino también. Puede ser que en estas elecciones la presencia de las candidatas mujeres bien preparadas inspire a los votantes a votar con conciencia por el binomio”, concluye.

Fuente: El Universo

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